Tenemos que quitar al maestro
huelguista y como sabe del evento ahora se está atrincherando y no sé cómo le
vas a hacer para moverlo sin repercusiones.
Pero yo no llevo la agenda del
rector, que vaya su particular (secretario) y platique con él.
No, esto ya se salió de
control, por eso te pido que tú lo muevas.
Si quiere traigo una carreta y
lo subo, pero si va a dar batalla.
No, que no haya repercusiones,
ese es tu problema.
Cuando entré me dijo “Tenemos
un problema”
Si, lo dije como una formula
amable, realmente es tu problema.
Pero no sé cómo hacer, deme
una idea.
Por eso te dije que es tu
problema y ya vete que quitas el tiempo.
¡Uf! que de problemas, de
inmediato llamé a Rodolfo, el jefe de la panadería a mi oficina. Después de
maltratarlo unos minutos por meterme en problemas le dije cual era el problema
y que fuera con el maestro a dialogar para que se moviera, aunque fuera por 72
horas para que el evento se diera en las mejores condiciones.
Al otro día temprano estaba
Rodolfo esperándome en la oficina, desde que lo vi supe que no había buenas
noticias.
Jefe, me dijo, hablé con el
maestro y me pide que lleguemos hasta el final, que siente que ya le van a
hacer caso a sus demandas.
Ya no hay tiempo, ven
acompáñame, eso lo arreglamos ahorita o se nos va al carajo todo.
Si, jefe pero no quiere
escuchar.
Ya veremos.
Llegué a la carpa que tenía
montada el maestro, estaba en su catre recostado leyendo en un periódico sus
últimas declaraciones, se levantó con una lentitud fingida en cuanto me vio.
Contador, gracias por venir.
Allí mismo le hice ver que no
era una visita social: Maestro vine a pedirle que mueva su carpa a otro lugar.
Estoy por presentar un libro de la Capilla de Diego Rivera y daría mal aspecto tener una carpa con una protesta,
espero me entienda.
El Dueño Del Dique
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