viernes, 13 de agosto de 2021

CAPILLA DE CHAPINGO PINTADA POR DIEGO RIVERA, EL LIBRO. XXVIII

 

Dale y se estableció cual iba a ser el mecanismo, se llevaba atrás de la chamarra americana de esas que le gustaban al panadero, de esas negras grandotas alguien que fuera más delgado, el panadero pesaba 110 kg su hermano que también era panadero pesaba 120 kg. Y era una barbaridad. Entonces Toño fue el encargado de llevar las cosas. Toño tendría unos 28 años, ayudante general, bueno para las mujeres, enamoraba todas las que uno pudiera tener memoria y bueno pues ahí, las chicas también querían. Era casado, pero andaba haciéndole hijos a todo el mundo. Le tocó una panadera que ¡Ah! que bárbara tenía unos muslos increíbles, pegados siempre, hasta le dificultaban caminar, bien entrada en carnes, hacía mucho ejercicio esa mujer caminaba mucho y ejercicios de piso abdominales, torsiones, etc. y así era su cuerpo, pero estaba dura, en alguna ocasión lo pude comprobar porque ella me lo pidió, no porque yo fuera un sátiro, no, ella me pidió tóqueme contador. No, pero como tóqueme.

Si, para que vea que estoy bien dura.

Újala, y si estaba muy dura, las piernas la cadera, el abdomen, bueno, ya me estaba animando con ella.

Al principio nuestra buena acción nos mantenía ocupados pero después se volvió un problema, al profesor se le había ocurrido hacer su huelga de hambre en “El árbol de los acuerdos” esa es una historia vieja pero en resumen cuando estaba el General Porfirio Díaz de presidente y para que hubiera democracia puso a otro general de presidente pero en realidad mandaba Don Porfirio y ese general se fue a refugiar a Chapingo para “gobernar” desde allá y debajo de ese árbol dictaba sus acuerdos y por eso se le llama así y es importantísimo, hay que cuidarlo más que a un dinosaurio vivo.

Ese árbol está casi enfrente de la capilla de Diego Rivera y que mala impresión íbamos a dar con un huelguista enfrente del evento magno.

La rectoría no sabía cómo quitarlo sin que mediara fuerza y la fecha se iba acercando. Una tarde me llama el ingeniero Tah y me dice: Tenemos un problema.

Dígame ingeniero.


El Dueño Del Dique

DERECHOS RESERVADOS