lunes, 30 de agosto de 2021

CAPILLA DE CHAPINGO PINTADA POR DIEGO RIVERA, EL LIBRO. XXXV

No, mira, yo llevo información diversa, pues llevo allí las empresas de servicios de la Universidad y creo que sería mejor verla antes de que estén cansados   porque pues si es mucha la información, son varias empresas hay que ver administración, contabilidad finanzas, etc.  De cada una y la verdad si está complicado ¿No?

O sea que son más importantes.

No, más laboriosas digamos y si hay que agarrarles el ritmo, se aprecia mejor cuando uno está más fresco, se capta mejor la información, hay que aclarar varias cosas, no todos son contadores.

O sea que no nos ves habilidades.

No es eso.

El subdirector que me metía puya ahí me dijo: A lo mejor el contador quería apurarse para no acompañarnos a la comida, como él está a otro nivel piensa que desmerece venir a comer con nosotros, como riéndose como si fuera una broma, pero era bien mal intencionado ese tipo.

No como creen, me encanta venir a comer con ustedes, les dije, lo que pasa es que la responsabilidad en la que estoy inmerso me obliga a empaparme en todos los temas porque ahora no solo estoy haciendo contabilidad, administración, también estoy haciendo mercadotecnia, la venta directa de productos. Yo formaba un grupo de trabajo ahí fuerte para hacer algo que sea conseguir un espacio en la Central de Abastos que está abriendo Cerca de la Universidad para vender todos los productos de Chapingo, hay que salir, hay que hablar, pero la gente quiere hacer tratos viéndote a la cara, a los ojos, hace tratos viéndote a los ojos no de otra forma, muchas cosas son a la palabra, yo llevo la palabra de Chapingo, entonces si tengo que estar allí a las vivas, pero si me encanta comer con ustedes, con algunos hemos comido allí en la oficina porque luego no me da tiempo, también como en la panadería o me llevan comida a la oficina y los he invitado a todos pero luego pues no me aceptan. 

Es que la verdad estamos todo el tiempo encerrados y si queremos salir tú vas a la planta lechera, a una empresa a otra y nosotros no.

Bueno, mira, acompáñenme cuando vaya, no hay problema. Siempre había que estar batallando con esto ¿No?  Y así estaba el ping pong.

Me preguntaban de las clases que daba   en otra universidad y decían: No es que aparte es académico y no creas que da clase aquí en Chapingo, no, es que él está a otro nivel, decía el subdirector. Y yo aguantando. 


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