sábado, 7 de agosto de 2021

CAPILLA DE CHAPINGO PINTADA POR DIEGO RIVERA, EL LIBRO. XXV

 

Llegué a la oficina muerto de cansancio más dormido que despierto, estaba mi secretaria sentada en su escritorio y escribiendo oficios, entré hasta mi escritorio, había cristales rodeando mi oficina, de esos cristales opacos que no se puede ver, me senté para acomodar las cosas que traía en mi portafolios y ¡tuc! Tuc! tuc!  Toca la puerta mi secretaria y me dice: contador lo están esperando.

Bueno, pero hoy no tengo proveedores, le dije.

No, son dos chicos.

¿No pueden venir mañana? 

Recíbalos un minuto.

Aquí no hay como estar con las secretarias al tiro, siempre hacemos los que nos piden; le dije: Claro que sí, que pasen. Iban dos muchachos uno era Cruz Galia me parece su nombre artístico la otra era una chica, Blanca: ambos eran artistas aparte de ser estudiantes y también escribían, pintaban acuarela, oleo, dibujo y la verdad si les salía muy bien, muy muy bien. Dije: Bueno, ¿en qué les puedo servir?

 

Pues mire contador estamos haciendo nosotros una oferta, queremos participar en su evento.

¿En cuál evento?

En la presentación del libro de la capilla de Diego Rivera.

¡Ah! pero no estamos contratando personal muchachos, con lo que tenemos vamos a salir los meseros los va a poner la rectoría ya avisaron. Porque cuando vieron al personal que yo tenía en la panadería y librería (o sea las chicas que iban a servir de edecanes) para andar atendiendo a las personalidades que iban a ir aflojaron la cartera y dijeron nosotros te ponemos las mesas y los meseros. Cabrones ahora si ya no querían que me quebrara en el intento, la veían muy cercana.

Bueno, queremos participar como artistas plásticos para presentar nuestra obra. Jajajjaa, voy a presentar un libro muchachos.

Bueno, sí, pero va a tener renombre y queremos participar, que nos vean, montar una exposición allí.

Bueno déjenme ver ¿Tienen aquí alguna obra?


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