Todo el mundo quería que
sacara primero sus asuntos y pues si se llenaba la oficina porque había que
pagarle a proveedores de todas las empresas, había que autorizar facturas para
cobrar nosotros, o sea presentarlas a cobro y primero tenía que revisar los
respaldos. Tenía que guardar un
equilibrio, no solo autorizar firmar las facturas nuestras para cobro y no
dejar las facturas de los proveedores para después.
Entonces venía mi secretaria y
dejaba un montoncito y lo ponía a bajo a la derecha, el siguiente a la
izquierda, otros atrás, los firmados adelante.
De repente hablaba el yucateco
por teléfono. ¿El contador? Si, aquí
esta decía en voz baja pachita. Claro que sí, o “por supuesto” le contestaba
para que yo no le entendiera y decía está trabajando acá.
¿Cómo? Y en una de esas,
porque él estaba en la rectoría, (Me avisaba mi secretaria: Está en la
rectoría, o está en el edificio central. Porque las secres se van pasando la
clave es para bien y para mal porque si el sistema de secretarias te quiere
hundir te hunde y si te quiere salvar te salva) Se entera de que yo estaba
haciendo allí mi mercado, haciendo mi trabajo y pues si se molestó el ingeniero
Tah, Director del Patronato Universitario, porque él quería que estuviera
aburriéndome todo el día.
Llegó de improviso y me agarro
firmando cheques y autorizaciones y le dije: Maestro, maestro buenas tardes
¿Cómo le va? Y me contestó: Esta es mi oficina, que crees que estás haciendo
poniendo aquí un mercado.
No, no, bueno es para
aprovechar el tiempo.
Aquí no hay que aprovechar el
tiempo aquí te esperas, porque yo dije que estuvieras aquí.
Aquí estoy, aquí estoy.
Sí, pero fíjate que viene la
gente y que impresión tan negativa se van a llevar de este tiradero que tienes
aquí.
No, no, no, está bien
acomodado lo que pasa es que no ha venido mi secretaria a llevarse la documentación
porque está repartiendo la tanda anterior. Pero ahorita me llevo todo, cuando
llegue mi secretaria le pido que me ayude, nada mas era para hacer algo ¿No?
¡A ver pásate a mi oficina! Me
dijo como de mala manera, siguiendo su juego.
¡Huy! porque ya estaba enojado
el yucateco filósofo.
El Dueño Del Dique
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