lunes, 6 de marzo de 2017

MI QUERIDO CAPITÁN. SERIE: JULIO, CAPITULO 1


El Comandante de la Base Naval de Icacos en Acapulco salió de la sala de reuniones de acuerdos de altos mandos, afuera estaba Julio observando las maniobras que hacían en el buque de la Armada de México, un buque militar o como nosotros decíamos marino militar, con sus gemelos, su miralejos, catalejos o como le quieran decir. Observaba a la distancia, apenas percibió que estaba el Comandante a su lado, dejó de hacer sus pesquisas y se cuadró (o sea hizo el saludo militar) con el respeto militar a un superior, el Comandante que tenía otras preocupaciones le dijo casi con desgano: En descanso, en descanso. ¿Que opinas julio? le preguntó. 
Pues creo que las maniobras que se están realizando tienen un alto grado de complejidad… El Comandante se le quedó viendo como diciéndole no me vengas con esas cosas.
Te estoy hablando en serio, ¿Que te parece?  No le des vueltas.
Se va a caer.
¿Se va a caer?  ¿Estás seguro?
Si Comandante.
Mira que allá hay gente importante, todos los que están allá adentro son estudiados, son ingenieros navales cabrón.
Si, si, lo sé y si quiere meter un banquero va a haber ingenieros navales y un banquero, no importa  lo que esté pasando allá pero eso se va a caer.
Pero Julio, estoy viendo los planos, están haciendo las cosas bien, el ángulo, la inclinación.

Se va a caer mi Comandante, se puede evitar o como dicen en la academia es evitable.