El Comandante de la Base
Naval de Icacos en Acapulco salió de la sala de reuniones de acuerdos de altos
mandos, afuera estaba Julio observando las maniobras que hacían en el buque de
la Armada de México, un buque militar o como nosotros decíamos marino militar,
con sus gemelos, su miralejos, catalejos o como le quieran decir. Observaba a
la distancia, apenas percibió que estaba el Comandante a su lado, dejó de hacer
sus pesquisas y se cuadró (o sea hizo el saludo militar) con el respeto militar
a un superior, el Comandante que tenía otras preocupaciones le dijo casi con
desgano: En descanso, en descanso. ¿Que opinas julio? le preguntó.
Pues creo que las maniobras
que se están realizando tienen un alto grado de complejidad… El Comandante se
le quedó viendo como diciéndole no me vengas con esas cosas.
Te estoy hablando en serio, ¿Que
te parece? No le des vueltas.
Se va a caer.
¿Se va a caer? ¿Estás seguro?
Si Comandante.
Mira que allá hay gente
importante, todos los que están allá adentro son estudiados, son ingenieros navales
cabrón.
Si, si, lo sé y si quiere
meter un banquero va a haber ingenieros navales y un banquero, no importa lo que esté pasando allá pero eso se va a
caer.
Pero Julio, estoy viendo los
planos, están haciendo las cosas bien, el ángulo, la inclinación.
Se va a caer mi Comandante,
se puede evitar o como dicen en la academia es evitable.