Bueno, fui al museo estudio
Diego Rivera al sur de la ciudad y me pude entrevistar con la directora y le
mostré los avances del libro, la tapa contra tapa en fin ya casi estaba terminado y le ofrecí darle los primeros libros
de obsequio.
No sé bien como se llamaba
pero digamos que era Macarroni, esa señora haba dicho públicamente que habría
sido una de las viejas de Diego Rivera, hablé por teléfono y después fui a
verla personalmente con un montón de tarjetas de presentación en la mano y
estuve esperando mucho tiempo hasta que la señora Macarroni me recibió. ¿Qué
estaba haciendo? pintándose las uñas, haciendo cosas que hace la gente
importante, me dijo que lo veía viable, factible que en quince días la fuera a
ver otra vez, le agradecí mucho, me pidió transporte, comidas para ella y su
equipo de trabajo, 4,5, personas más que la acompañarían porque iban a llegar
temprano, un espacio para estar tranquilos y una serie de solicitudes y cada vez que me
pedía cosas yo me ponía más serio, para que no siguiera pidiendo, sabía que
tenía la carta abierta pero pues no hay que exagerar.
La presentación iba a ser un
viernes, en aquel tiempo se usaba mucho el fax, no había internet y estaba todo
el día aventando faxes, donde había un chapinguero hablábamos, al Director del
Banco de México, donde había un chapinguero (egresado de la Universidad
Autónoma Chapingo) le pedíamos que compareciera pero sobre todo que comprara el
libro.
Pronto se supo del evento magno
que iba a tener, ya tenía repercusión interna pero no teníamos programa pues
nada mas era ir y presentar el libro y de lo demás que se encarguen los
políticos.
De la rectoría dijeron que iba
allí a haber un brindis de honor al finalizar la presentación, en el salón
principal de la rectoría. Que ellos iban a poner el vino, por suerte esta vez
no nos iban a gollotear las cosas, así se hubieran acordado de nosotros para
conseguir un stand en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, que las
veces que tuve oportunidad de ir nos dejaron morir solos, conseguíamos local
porque me conocían los organizadores,
porque les hacíamos mucho ruido vendiendo allí en los pasillos, en fin había
que usar la estrategia que fuera y nos daban
un espacio, mientras que la gente de Difusión Cultural con publicaciones
de Chapingo bueno, iban con los mejores lugares dentro de la feria, después de
la UNAM y Televisa, a los mejores hoteles, nosotros íbamos a hoteles de media estrella y en alguna
ocasión fuimos a un hotel estrellado, pero nos divertíamos mucho mas. Muchísimo
más.
Me hablaron de la imprenta, me dijeron hay que ver porque hay un problema con las fotografías, obviamente le hable al autor para que revisara nos ayudara y veíamos con el cuenta hilos y nos dijo ¿Ese es el problema? Sí, bueno, pues yo tengo aquí esta caja y traía una caja llena de fotografías originales, montadas para carrusel, en fin, una cantidad bárbara y bueno, se hizo ahí la selección y me reclamaba el impresor de Chapingo que no se hubiera revisado el material y yo le decía: Tu viste que no me hicieron caso.
El Dueño Del Dique
DERECHOSRESERVADOS