Me dijo: Yo acabo a las cuatro
de dar mi clase en el sur de la ciudad.
Le contesté que la esperábamos
hasta que usted llegue.
Es que me parece mal.
No, no, no, Chapingo la va a
apreciar, usted va a ser la estrella de la película.
No creo llegar, si llego tarde
me pongo hasta atrás y ya, es lo que le puedo ofrecer. Bueno.
Hablé con una amiga y muy
ufano ¿Qué crees? Le dije ya tengo confirmada a la Directora del Museo Estudio Diego
Rivera. Que bien, me dijo, esa gente para que salga de la ciudad es complicado,
pero lo lograste, es un triunfo. Eso no es todo, tengo medio confirmada a Lupe Rivera
Marín, la hija de Diego Rivera y allí si como que medio torció la cara, ¿Qué
pasa? está bien que tenga a la hija ¿No?
Pues si pero ellas dos no se
llevan bien, no coinciden.
No me digas.
Te vas a tener que decidir por
una de las dos. Eso en lo particular me había pasado varias veces en la vida y me sé el resultado, puede ser tener una, tener
a la otra, tener a las dos o quedarme como el perro de las dos tortas.
Mi yo interno decía: Decídete
por una. Al final pensé en dejar que la naturaleza me ayude. Mira, todos dicen
que van a Chapingo, pero es lejos de la ciudad, la carretera no es buena, en
fin y no vienen. Estuve seis meses buscando un locutor que viniera a Chapingo
para hacer los anuncios de libros y mejor estudié yo para locutor.
Estamos muy cerca, vamos a ver
si es posible que ellas mismas decidan quien viene, en el senado hay comisiones
que te sacan volando de un día para otro a Rusia, a Brasil, o en la misma república y pues ya no
estás.
Bueno, ojalá que pudieras
decidirte por una, me dijo mi amiga y vas a tener un evento tranquilo. Ahí
tenía esa materia pendiente, pero había otra que me interesaba mucho, todos los
días hablaba tres o cuatro veces con la gente del licenciado Jacobo Zabludovsky
que tenía el noticiero más importante del país, 24 horas se llamaba y creo que
de todo Latinoamérica y habría estado entre los cinco más importantes de todo
el mundo más o menos esa era su importancia.
Contestaban que habían recibido la invitación y que después nos iban a llamar, insistía yo en hablar con el licenciado Zabludovsky me lo negaban no estaba disponible, se encontraba en su programa en radio. Pues avíseme cuando llegue, y me contestaban: Ya lo va a llamar
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