Es que voy a hacer algunas
cosas.
Hazlas aquí conmigo. Porque
pasan esas cosas en que uno lo ve nervioso, y luego lo buscaba y no aparecía
hasta la noche. Entonces le pedí que se quedara conmigo, hasta que por fin me
dijo: ¿Sabes que contador? Tengo que pedirte un favor.
Si, dime.
Es que tengo que ir a la secundaria.
Ajá. ¿Para?
Es que tengo un evento allí en
la tarde y la verdad se me había olvidado pedirte permiso.
Si, ya lo sé pero ¿Sabes qué?
Se te ha olvidado varias veces pedirme permiso, porque a lo mejor tú no te has dado cuenta pero yo sí, de
la veces que te sales y aquí hay mucha gente que te quiere pero también mucha
que no te quiere y me pasan el reporte de las cosas que tú haces ¿Qué te
parece? Genial ¿Verdad?
Pues sí, sí está genial. Bueno. No, bueno si
contador pero no han sido muchas.
Ahí tengo los reportes en tu expediente, pregúntale
a mi secre (Diminutivo de secretaria) cuantas veces te he buscado y que no te encuentro y luego
llegas a la noche y no te digo nada. Es más fácil si me hablas al chile (Como
se decía en ese tiempo, al chile o sea diciendo la neta pues o sea diciendo la
verdad) a mi si háblame al chile, la verdad, las cosas como son. Y eso le daba
mucha risa que le dijera que me hablara al chile. Y pues bueno, así era la cosa,
le pedí todo su tiempo disponible para que me ayudara. Complicada en exceso
estaba la situación. Le encargué resúmenes del libro, breves presentaciones,
resúmenes y sobre todo fotografías, las más bonitas, los mejores ángulos, lista
de invitados, cosas así.
A partir de allí fue un buscar
y buscar gente, en las televisoras, canal once las de cultura y luego pues los
demás los periódicos, la jornada, bueno pues todos los que estaban en esa
época. Me hablaba gente y yo decía que no estaba, no me podían interrumpir, el primer
día pude contactar con diez personas un éxito porque para contactar a un
periodista de cultura es muy difícil porque ellos salen a cubrir notas en la
mañana y en la tarde, muchos trabajan por teléfono, llegan entregan la nota y
se van, es complicado.
Tenía la ventaja de saber exactamente con quien comunicarme, empecé a hablar con diarios del estado donde era originario el autor, con mucha gente.
El Dueño Del Dique
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