Poema de mi señor, que es la
traducción del árabe, este es un poema anónimo escrito por un juglar por el año
de 1140 de nuestra era. En una España dividida, colonizada por los moros, con
cortes de reyes volubles que no tenían personalidad para llevar sus asuntos y
evitar injusticias.
Texto de lectura obligada en
la secundaria, que nos llenaba de personajes, caballeros peleando, damas en
peligro, juglares contando historias, obras de teatro callejeras,
representaciones de batallas, duelos por la justicia en el nombre de Dios.
El Cid es un buen peleador
que no cuenta con la simpatía de los intrigosos que están cerca del poder, al
punto de que el rey Fernando, lo destierra injustamente, muy a su pesar, claro.
Pero hace caso de los que están detrás del poder. ¿Que argumentos dieron al
rey? No sabemos, solo la resolución de que era desterrado y contaba con nueve días
para salir de los dominios del monarca y sin contar con ayuda de nadie porque
quien lo socorriera iba también al destierro o a grandes castigos.
El Cid Campeador una vez
fuera del territorio del rey Fernando comienza a combatir y a obtener triunfos
sonados que llaman la atención de todos y muchos lo buscan para seguirlo y
agrandar su ejército, toma para sí Cebolla y Valencia.
Sus hijas son afrentadas por
los infantes de Carrión que después de
desposarlas por interés, les hacen violencia y las abandonan a su suerte
en un paraje solitario lejos de su familia por no ser de su linaje.
Los infantes de Carrión caen
vencidos en los duelos por los que fueron retados por sus maldades. Las hijas
del Cid libres de afrenta son casadas con los hijos de los reinos de Navarra y
Aragón, en un final feliz.
Tu y yo podemos ver este
siglo a Rodrigo o Ruy Díaz de Vivar
correr su caballo Babieca por las praderas de España.
El dueño del dique.
DERECHOS RESERVADOS