jueves, 6 de octubre de 2022

AUDITORIA INTERNA DE LA UNAM CAP. 7

 

En ese tiempo estaba terminando una mega revisión de auditoría de un gran fraude, tanto que terminó con el despido de todos los gerentes de la empresa automotriz, lo que causó que de un día para otro empezara a recibir amenazas, porque obviamente la gente de varios niveles que estaban involucrados, se daban cuenta de que les estaba generando un daño, esa parte no me gustó y menos cuando encontré debajo de mi escritorio una bolsa con abono y pedazos de animales, una amenaza directa.

Hablé con un amigo para pedirle trabajo, él me había comentado que en su empresa estaban buscando personal, me dijo que estaban completos, pero iba a buscar en otras empresas. Se complicaba la cosa porque los sábados hacia inventarios en solitario y pues si el riesgo aumentaba. Por la tarde recibí en la oficina una llamada de Auditoría Interna de la Unam, era Andrés Ayala (cambié el nombre) al teléfono, me contactó, platicamos un poco y entrando en tema me dijo que estaba interesado en mi contratación pero que tenía otro candidato y que la oferta terminaba ese mismo día. Le contesté que estaba por llamarlo porque había pensado en tomar el reto que significaba la Universidad y que, si me podía recibir más tarde para platicar los últimos detalles pero que contara conmigo, que era la mejor opción etc.

Por la tarde estaba en la oficina de Andrés Ayala firmando mi contrato por honorarios, porque me confió que aún no tenían la plaza, que empezaría trabajando por honorarios, cosa que no me importó. Al día siguiente presenté mi renuncia a mi anterior trabajo y salvé el pellejo.

 

Me presenté en Auditoría Interna de la UNAM y me recibió Andrés Ayala,  chaparrito él, siempre estaba como midiéndote, comparando, con el tiempo entendí que tenía conocimiento pero no ejecutaba y por otro lado estaba Juan Manuel Fermoso Murillo que era el subauditor y para sorpresa grande estaba cómo auditor interno de la UNAM Humberto Figueroa Mejía, quién había trabajado en Chrysler de México pero no habíamos coincidido allí y creo que esa parte de mi currículum fue la que le llamó la atención y pidió que me llamaran. A los pocos días, en una reunión informal, platicamos acerca de su experiencia en la Universidad, vimos varias cosas que teníamos en común y me animó a construir una mejor Universidad, responsabilidad mayor por haber sido estudiante y egresado de la máxima casa de estudios.

El Dueño Del Dique

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