337.- Un día, como hoy…
compartimos la mesa con nuestra familia.
El Dueño Del Dique
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337.- Un día, como hoy…
compartimos la mesa con nuestra familia.
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336.- Un día, como hoy… fuimos
de compras con mis primos.
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335.- Un día, como hoy…
salimos de vacaciones.
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Quédate unos meses, haz una auditoría y a ver que nos
va a ir bien, me confirmó que él seguiría siendo mi jefe aparte no tenía gente
en ese momento para sustituirme y lo iba a dejar mal parado, para este tiempo
ya casi no estaba presente el señor Humberto Figueroa Mejía un cáncer muy muy
latoso muy fregado lo tenía a mal traer y el auditor interno Juan Manuel Fermoso
paso a ser el auditor Interno interino y me dice ayúdame porque tengo este
problema muy grave. Siempre ayudar a alguien cuando tiene problemas es bueno,
de camaradas, entonces ahí con él ahora pasaba las horas revisando
documentación haciendo cosas importantes, me dijo: mira vamos a probar con una
auditoría chiquita para que te vayas ambientando, le dije a Juan Manuel, que
debería llevar 4 auditorías, que vería una por día y el viernes presento los
reportes de las 4, pero que si me tuvieran el espacio para atenderme, porque
como estaban en el campus podía ir por una por otra o sea no es tanto problema,
revisó, pongo carga de trabajo y voy revisando avances. Me pidió que
empezáramos con una y que me fuera ambientando.
Y si, fue una dependencia pequeña no muy importante, no
recuerdo. No voy a decir cuál fue, pero llegué por la mañana al cuarto para las
9, y a las 9 en punto pregunte por los auditores, siempre les asignan un
cubículo, un espacio privado con llave para que sea su espacio y puedan entrar o
salir, dejar papeles encima del escritorio y no te los puedan ver o cosas así.
En ese tiempo ya había pasado de coordinador a subjefe departamento, una cosa
sí, pero del sueldo ni hablemos era el mismo. En ese tiempo ya contaba con la plaza,
pero estuve varios meses por contrato de honorarios, con una promesa de que
iban a dar las plazas, no me dijeron antes, hasta que ya había renunciado a Chrysler,
si no pues les hubiera dado las gracias, porque no correspondía.
Me preguntaron
que quien era y les dije que el coordinador de auditoría, porque ese también
era mi nombramiento y entonces la secretaria accedió a abrirme el cubículo,
encontré todo tirado por todos lados, hoja de trabajo, hojas hechas bolitas, tazas
de café a medio terminar.
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334.- Un día, como hoy… corrimos
para atrapar una estrella.
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333.- Un día, como hoy…
gracias a ti reinicié mis estudios.
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Después de este informe le solicitaron la renuncia al
director Carranza (cambié el nombre), me parece que con el informe pues se
sacudió toda la Dirección General de Proveeduría, en Compras País también
renunció el subdirector. El subdirector de Compras al Extranjero no renunció, tenía
una ventaja porque el Ingeniero Roberto Heatley recién había recibido el
encargo y le dieron un voto de confianza.
Después de esa limpia tuve muchas pláticas con el
subdirector de Compras al Extranjero, inclusive sobrepasaban el horario de
trabajo, en alguna ocasión me preguntó si no podría estar como su asociado para
poder desarrollar todas las ideas que había en común y obviamente pues no, yo
estaba como Contralor y mi función era otra.
De esas reuniones, ahora a la distancia, se puede platicar
que salieron los procedimientos para comprar reactivos en E.U. de hasta USD 100
en solo tres días, USD $5000 en una semana, era una cosa muy muy importante
ahorrar tiempo, lo que se pide, los proveedores directamente lo enviaban a la
oficina que había en Estados Unidos y se reenviaban a México, había un tipo muy
hábil allá, no recuerdo su nombre, en alguna ocasión visitó México y se impresionaba
de las instalaciones. Sabía comprar en
Estados Unidos y sabía moverse con todos los medios que te había que el tiempo,
inclusive lograba que los envíos se hicieran directamente a la Universidad y
con franquicia de impuestos, era rapidísimo y se sabía mover para agilizar las
compras.
Estaba muy cómodo ahí sacando reportes mensuales de
todas las áreas de esa Dirección, y empezamos a encaminarla, los pagos a
proveedores estaban muy atrasados sin razón, también fueron actualizados, tenía
un ayudante a veces dos y era mucho batallar para conseguir gente, auditores,
vino uno muy amable Abelardo me acuerdo se llamaba, su papá era técnico en un
laboratorio una cosa así, después llegó una chica, se me olvidó el nombre que
tenga una niña algún problema con el esposo y Abelardo ahí quería ser el
continuador de la especie ya no supe qué pasó con ese asunto.
en alguna
ocasión descubrí un fraude con equipos de televisión el microondas de última
tecnología que se traían del extranjero a proveeduría y ahí la descubrimos refrigeradores,
televisores, de todo lo que era la última tecnología esa era la situación, el
problema era que los bienes se traían para funcionarios, y cuando pase el reporte se filtró a la Tesorería-Contraloría
y al día siguiente me pidieron que sacara todos mis papeles de allí y se cerró
contraloría de la Dirección General de Proveeduría, son cosas que pasan, Andrés
Ayala me dijo: ya no hay contraloría. Pensé que era solo en la Dirección
General de Proveeduría y le pregunté ¿a dónde hay que hacer contraloría ahora?
me contestó: no, se acabó la contraloría, se suspendió el proyecto.
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332.- Un día, como hoy…
Jugamos ajedrez y gané.
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331.- Un día, como hoy… Me
colmaste de besos.
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330.- Un día, como hoy…
despertamos al amor.
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329.- Un día, como hoy… los
naranjales nos cubrieron con su aroma.
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Poco tiempo después entró al grupo de contralores (así nos conocían) una persona muy hábil, avezado, que estaba en el en el mercado de los libros, y que conocía bastante de eso, ex gerente de una empresa editorial, no recuerdo su nombre, creo que Roberto, ya grande el de lentes y a mí me cambiaron a la Dirección General de Proveeduría, claro que me explicaron los motivos del cambio, pero en el fondo sabía porque, puse mucha presión al Director.
Acá en la Dirección General de Proveeduría la administración estaba mejor, digamos que casi no tenía movimientos propios sino de las demás dependencias, después del estudio general empecé por revisar la parte estadística de la Subdirección de Compras al Extranjero, quise saber el tiempo que tenían las compras en proceso, las que estaban vivas (así les decíamos) y después las que se habían cerrado en los últimos seis meses y sacamos el promedio y nos dio una barbaridad, había compras que se tenían que hacer máximo en una semana y se hacían en más de 3 meses, otras deberían concretarse en uno o dos meses y llevaban más del triple de tiempo, muchas compras no tenían las garantías o estaban vencidas, en fin, encontramos de todo. Encontramos compras con más de mil días y estaban en proceso. Me puse en contacto con el agente que se tenía en Texas, E.U. para pedirle una aclaración y me dio muchas y solicitó mi intervención para poder avanzar en cambio de procedimientos de compra y le prometí cambios.
Así estaban las compras al extranjero y las compras
nacionales un poco más comprometidas, por los concursos que se realizaban con
lentitud, a destiempo, etc. Los almacenes eran la parte menos complicada, pero
se encontraron bienes vencidos o caducados que hubo que buscar la reposición
con los proveedores originales o su destrucción.
Presenté un informe muy detallado y con eso se
prendieron las alarmas por el deficiente manejo de la Dirección, me pidieron
corroborara parte de la información porque no se creía que fuera ciertas
algunas cifras, inclusive tuve que enviar fotocopias algunos expedientes para
sustentar datos.
328.- Un día, como hoy… sonó
un Tic tac tic tac que decía te quiero.
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327.- Un día, como hoy…
pintamos nuestra carcachita.
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Tocó después que llegara un experto en libros, el Lic.
Legorreta, con el Director de Dilunam no coincidía mucho, era un tipo muy
complicado, encontré faltantes en diferentes áreas, pero lo más inexplicable
era que nunca se había podido realizar un inventario de libros completo, que
fue una de mis primeras observaciones y eso no le cayó muy bien, el atraso en
registros era grande y jamás se hacían conciliaciones de nada, ni bancarias, ni
de clientes, etc.
Le encontré faltantes de muchas cosas, y zafaba de las responsabilidades, el precio de los libros no se calculaba de manera común, es decir a base los costos, sino que una persona “experto” tomaba el libro, lo hojeaba, veía el tipo de pasta, el número de hojas y allí determinaba el precio, sin ninguna base, sin conocer el costo de impresión, etc. cosa que anoté también en el informe, que estaba cargado de observaciones, las que llegaron a los más altos niveles, pensé que lo más lógico era que se hiciera un cambio de Director, no había otra decisión, era demasiado desorden en todas las áreas, esperé una reacción y seguía sin pasar nada.
En aquel tiempo también hacíamos revisión los domingos,
los días de partido de futbol en el Estadio Olímpico Universitario de los
boletos de entrada, muchos trataban de ingresar con una credencial de la Escuela
de Futbol Pumitas, o con la credencial de trabajador, pero todos tenían que ir
por su boleto a la taquilla, para que hubiera un mejor control. Allí me
encontré al Director de Dilunam, tiempo después de haber entregado el informe
lapidario de la situación en la Dependencia, cuando me reconoció me saludó y me
entregó su entrada, era para el palco del Rector como invitado de honor. Me
dijo: contador soy invitado especial del rector ¿por dónde debo pasar? Había un
montoncito de cosas que se le incautaban a las personas y no podían pasar como
periódicos (por la vieja costumbre de encender los diarios cuando se ganaba del
futbol americano y que después paso al soccer) comida, tortas, etc. Por allí,
por la basura, le contesté, me vio de reojo, pero aceptó mi respuesta a su
burla, su mezquindad.
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326.- Un día, como hoy… nos
sonó el tiempo del amor.
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325.- Un día, como hoy… me dijiste
que si y quedé alucinado.
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324.- Un día, como hoy…
acompañamos a mi hermano a pedir en matrimonio a su novia.
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323.- Un día, como hoy…
Nadamos en la alberca.
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Lo primero que me tocó hacer fue revisar los
procedimientos de la Universidad que los acaban de sacar a la luz y que eran en
los que había trabajado tiempo atrás, entonces tuve la oportunidad de ver como
habían quedado terminados, cómo se habían establecido, engargolados, impresos
en papel escuché paloma dos caras, con un engargolado especial, y sí, me acordé
de los aquellos tiempos de mucho análisis, no comenté nada, no dije nada y lo
recibí como si fueran la novedad.
Pasé la primera semana viendo todo esto y después tuve
la oportunidad de hacer auditoría y contraloría en la Distribuidora de Libros
Unam (DILUNAM) esa fue la Dependencia donde empecé, daba criterios, hacía seguimiento
a trabajos anteriores que no sabía quién los había hecho. De manera paralela me
tocó apoyar en las tomas de inventarios que se hacían para la tienda de la UNAM,
la número uno, la que estaba en el estadio olímpico universitario y hacer el
procedimiento de toma de inventarios porque había hecho muchos en Chrysler.
Había un chico muy muy avanzado allí, no recuerdo su
nombre, pero me tocó revisar sus informes parciales de la tienda UNAM 1 y eran
muy buenos y mejores las soluciones que aportaba, platicamos algunas veces y
nos quedamos de hacer reuniones para intercambiar formas de trabajo, pero no
fue posible, al poco tiempo salió de Auditoría Interna, parece que no se
pusieron de acuerdo en los ingresos que quería ganar y lo que podía ofrecer la
Universidad.
Todo indicaba que yo iba a sustituirlo, pero no,
prefirieron a Pecina, no sé si era contador o administrado había trabajado para
el Gobierno del Distrito Federal, no conocía mucho del área de autoservicio,
pero tenía mucha actitud, entonces esa actitud lo llevaba a tratar de resolver
cualquier situación y no estaba preparado, y me comentaba, me preguntaba de
cosas, soluciones. Para entonces me ya me había comprado un auto y una vez me
pidió un favor, mira, tengo una entrevista de trabajo que tengo que llegar a
las oficinas administrativas del Gobierno del Distrito Federal que estaba en el
Zócalo, y efectivamente ahí lo fui a
dejar, iba a mil por hora porque aún tenía que regresar hasta Ciudad
Universitaria, en el camino me dijo: yo no tengo muchas ganas de estar la UNAM si
me puedo regresar acá, me voy a regresar, me contó que había sido muy amigo de
alguna jefa y que contaba con eso para regresar. Era más grande que yo por unos
10 años más o menos y aun no definía que quería hacer con su vida.
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322.- Un día, como hoy… supe que mi destino estaba tejido en
el peinado de una mujer.
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321.- Un día, como hoy… cuando te vi llegar latió mas
fuerte mi corazón.
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320.- Un día, como hoy… Reunimos el kilómetro de libros
para la biblioteca.
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319.- Un día, como hoy… paseamos juntos de la mano.
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318.- Un día, como hoy… Los
duendes de la neblina me recordaron a ti.
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317.- Un día, como hoy…
paseamos por la feria de la colonia.
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En ese tiempo estaba terminando una mega revisión de
auditoría de un gran fraude, tanto que terminó con el despido de todos los gerentes
de la empresa automotriz, lo que causó que de un día para otro empezara a
recibir amenazas, porque obviamente la gente de varios niveles que estaban
involucrados, se daban cuenta de que les estaba generando un daño, esa parte no
me gustó y menos cuando encontré debajo de mi escritorio una bolsa con abono y
pedazos de animales, una amenaza directa.
Hablé con un amigo para pedirle trabajo, él me había
comentado que en su empresa estaban buscando personal, me dijo que estaban
completos, pero iba a buscar en otras empresas. Se complicaba la cosa porque
los sábados hacia inventarios en solitario y pues si el riesgo aumentaba. Por
la tarde recibí en la oficina una llamada de Auditoría Interna de la Unam, era Andrés
Ayala (cambié el nombre) al teléfono, me contactó, platicamos un poco y
entrando en tema me dijo que estaba interesado en mi contratación pero que
tenía otro candidato y que la oferta terminaba ese mismo día. Le contesté que
estaba por llamarlo porque había pensado en tomar el reto que significaba la
Universidad y que, si me podía recibir más tarde para platicar los últimos
detalles pero que contara conmigo, que era la mejor opción etc.
Por la tarde estaba en la oficina de Andrés Ayala
firmando mi contrato por honorarios, porque me confió que aún no tenían la
plaza, que empezaría trabajando por honorarios, cosa que no me importó. Al día
siguiente presenté mi renuncia a mi anterior trabajo y salvé el pellejo.
Me presenté en Auditoría Interna de la UNAM y me
recibió Andrés Ayala, chaparrito él,
siempre estaba como midiéndote, comparando, con el tiempo entendí que tenía
conocimiento pero no ejecutaba y por otro lado estaba Juan Manuel Fermoso
Murillo que era el subauditor y para sorpresa grande estaba cómo auditor
interno de la UNAM Humberto Figueroa Mejía, quién había trabajado en Chrysler
de México pero no habíamos coincidido allí y creo que esa parte de mi
currículum fue la que le llamó la atención y pidió que me llamaran. A los pocos
días, en una reunión informal, platicamos acerca de su experiencia en la
Universidad, vimos varias cosas que teníamos en común y me animó a construir
una mejor Universidad, responsabilidad mayor por haber sido estudiante y
egresado de la máxima casa de estudios.
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316.- Un día, como hoy… todos los ratones salieron a bailar.
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315.- Un día, como hoy… caminé ciegamente hasta tus brazos.
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314.- Un día, como hoy… tus dedos interpretaron una melodía para mí.
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313.- Un día, como hoy… construimos nuestro nido de amor.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
312.- Un día, como hoy… amanecí con tu sabor en la boca.
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