lunes, 6 de septiembre de 2021

CAPILLA DE CHAPINGO PINTADA POR DIEGO RIVERA, EL LIBRO. XXXVII

Yo no soy de andar tomando, soy abstemio natural, porque hay gente que no le gusta tomar, o sea beber vino o licor porque se obliga a pagarlo y en los restaurantes es muy caro, pero hay gente que cuando le invitan a beber siempre dice que, si porque no tiene que pagarlo y está bien, pero a mí no me gusta ni cuando lo pago ni cuando no lo pago.

Estaban todos insistiendo: Tómate algo.

Si ya estoy tomando.

Pero no refresco, algo, estamos todos aquí compartiendo y tú no.

No, no si estoy aquí comiendo, llevo tres platos.

Bueno, para no descuadrar pedí licor de tomar: A ver una cuba, pero ligerita, a mí no me gusta mucho. Póngale mucho refresco y poco ron, lo que yo no sabía es que la güera, la Directora de Patrimonio que estaba atrás de mis espaldas le había hecho la seña al mesero que le pusiera mucho ron y poco de refresco de cola y cuando la probé, le di el primer sorbo sentí que me elevaba hasta Júpiter, no, tranquilos, pues que le pusieron a esto.

Allí empezaron los brindis: A ver un brindis porque estamos reunidos por este año y podemos avanzar, brindis, brindis y a tomar. Otro brindis porque lo que fuera y luego la güera que era bien canija decía quiero hacer un brindis especial un hidalgo con el contador,

Pero ¿Yo por qué o qué?

Porque hay gente que piensa que nosotros no nos llevamos bien.

No eso es incorrecto.

No, pero yo quiero que todos mis amigos sepan que eso no es verdad.

Bueno pues un hidalgo. Un hidalgo es que te sirven una copa así grande de licor o brandy vivo, sin agua sin refresco ¿No? Se cruzan los brazos las dos personas y se toman hasta la última gota. Y yo que no estaba preparado para un ataque mortal de ese tamaño. Los demás decían si contador, rápido me llevaron la bebida y chin que me llenan el vaso, lo bueno que tenía un poco de refresco remanente, si no allí quedo a la primera como araña fumigada. ¡Todo, todo! gritaban a mi alrededor, tenías que levantar la mano y ahora sí que empinar el codo, ahí sentí que la orejas me daban vuelta, que me salía lumbre, que los ojos se me desprendían, ¡Uf! me senté rápido para aguantar ¿No? antes me había dicho el mismo mesero que me atendió a la entrada porque me vio, así como a punto de cantar la guácara (vomitar) se me acerca y dice comió de más ¿Verdad? Pues sí, un poquito porque tenía mucha hambre. Espéreme, salió y regresó con una gran charola y una copa así diminuta, tómeselo, es para el desempance. ¿Desempance? Es para des empanzonarse, bajar la panza. Bueno. Pues todo servía no, bueno, me lo tomé y a los 5,10, 15 minutos cuando mucho ya me sentía bien, repuesto, que barbaridad ese tipo trae magia en la charola ¿No? porque era fabuloso lo que lograba.

El Dueño Del Dique

DERECHOS RESERVADOS