138.- Un día, como hoy… recorrimos la zona arqueológica.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
138.- Un día, como hoy… recorrimos la zona arqueológica.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
137.- Un día, como hoy… después de la cena leímos un cuento con los niños.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
136.- Un día, como hoy… cosechamos manzanas dulces en la huerta de la familia.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
135.- Un día, como hoy…vestimos de florecita al bebé para el desfile de la primavera.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
134.- Un día, como hoy… fuimos a ver despegar aviones en las cercanías del aeropuerto.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
132.- Un día, como hoy… conocimos el mar, es inmenso.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
131.- Un día, como hoy… abrazados, esperamos a que saliera Venus en el firmamento.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
130.- Un día, como hoy… fue mi cumpleaños.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
129.- Un día, como hoy… tomamos café en una cabaña junto a la laguna.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
128.- Un día, como hoy… remolcamos varios kilómetros el auto descompuesto de nuestro vecino.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
La cosa era no pescar una
enfermedad porque pues seguramente alguna chica habría perdido allí su
inocencia y otras habrían ganado experiencia, pero bueno así estaba la
situación, llegue como pude, estacioné la camioneta detrás de la otra que
estaba estacionada en una entradita que había allí para los vehículos, como
pude después de tantear mucho la chapa entré, me encerré con llave y me deje
caer en la cama, un frío espantoso allí a esas horas que había, soplaba el
aliento aun dentro del cuarto y salía vapor como decimos salía humo de la boca
y no estaba fumando, ya no supe de mí, terminé de quitarme los zapatos ya con
los ojos cerrados y en la inconsciencia empezaba a escuchar mis ronquidos,
agarre un par de cobijas y me las puse encima, y ya la pesadez del sueño me
ganó, de repente se oyeron unos golpes ¡Panpanpanpan! Se oían como si
estuvieran a 500 km ¡Panpanpanpan! Jefe, las llaves ¿Les habría dejado abierto
el baño o qué? Jefe las llaves, me gritaban.
¿Que habrá pasado?,
¡Panpanpanpan! las llaves de la camioneta jefe, échelas por fa vamos a entregar
el pan y entonces iban a entregar en la camioneta, la mía porque estaba
estorbando.
No sé qué impulso me llevó a
levantarme y a echar las llaves por debajo de la puerta, alguien recogió el
llavero y salió a toda prisa, enseguida se escuchó un run run del motor, ya
tenían cargada la camioneta con el pan de la mañana, para entregar. Debieron
ser cerca de las seis de la mañana y yo con unas nauseas que llegué a devolver
todo el cabrito, todo lo que me había comido pero sobre todo lo que había
bebido y otra vez me clavé en la cama.
A las ocho de la mañana me
hablaba el jefe de panadería, no le hice caso, estaba bien muerto, a las doce
me fue a hablar el jefe panadero con dos chicas para ver que se me ofrecía, a esas
horas seguí limpiando el estómago y me volví a acostar, me siento de la
chingada, les dije, dejen de molestar.
Como a las cuatro de la tarde
me avisaron que me estaba buscando e Ingeniero Tah desde la mañana. Me bañé a
esas horas, tenía una muda de ropa siempre en el auto y otra en la oficina,
pedí que me trajeran mi auto particular allí me lo acomodaron, pedí la ropa, me
la dieron, me cambié, pero estaba en otro planeta temblaba, temblaba, me
acomodaron pan, café, té, tamales, agarre un pan y si con ganas de volver otra
vez, me recargaba en una malla ciclónica y me iba para atrás con ella. Me
preguntaban ¿Pues qué te pasa cabrón? Allí les conté que había tenido un
encuentro cercano del tercer tipo con el vino y estaban todos muertos de la
risa de ver cómo me habían dejado.
Yo no sabía que había una relación
estrecha entre el Director de Patronato, el yucateco filósofo y el encargado de
la panadería que cuando me empezaron a buscar le dijeron a la secre aquí está,
aquí está en la panadería, pero está muy mal, entonces habló directamente con
el jefe de la panadería.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
127.- Un día, como hoy…la sopa de pescado quedó muy sabrosa y nos quitó el frío.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
126.- Un día, como hoy… vimos como se formaba una tormenta.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
Bertha traía una chequera por
allí, el dueño dijo que no, que pagaran al día siguiente, que no teníamos que
pagar en ese momento, porque éramos clientes reconocidos ¿No?
Le dio la cuenta en una
remisión para que se la llevara y al día siguiente mandaba una persona para que
ya sobrios se la pagara, la remisión llevaba el desglose de los consumos con
rollos de cada comensal, la vio Bertha y abrió tamaños y ojos y se rio,
riéndose porque estaba acostumbrada a estos eventos, pero yo no, era una
millonada allí, no sé cuánto habrá sido, pero íbamos a sangrar la cartera.
Yo no sabía cuál era el movimiento,
pero empezaba a sacar la cartera para cooperarme, para pagar y me manoteo
rápido el jefe de proyectos, la otra chica aprovechó para agarrarme la
entrepierna, yo no sabía de qué se trataba porque estaba completamente ebrio,
guarde la cartera, todos ofendidos porque como iba yo a querer cooperar con la
cuenta, pero no me sabía el protocolo, se me hacía peor no intentar colaborar.
Nos paramos como pudimos,
empezamos a acomodar las sillas ya nos íbamos unos a tras de otros hacia la
salida cuando dice la Directora de Patrimonio: Espérense y todos metimos freno,
como los elefantes, chocamos unos contra otros, nos dijo: Faltan las de la casa
y yo no entendía eso, faltan las de la casa, íbamos a cazar ¿Qué? Pero es
sabido entre la gente que acude a estos eventos que cuando hay una comida así
tan grande tan completa costosa, que la casa regala unas bebidas y entonces ahí
vamos todos de regreso a sentarnos a nuestros lugares, el jefe de meseros
volteó a ver al dueño y este autorizó haciendo señas a los meseros que aún
quedaban que sí, que sirvieran las de la casa.
¿Cómo se acuerdan los meseros
de lo que teníamos servido? No sé, yo estaba tomando una cuba otro un tequila
hornitos reposado, y así y se acordaban de todo, allí brindamos por la
felicidad, por no me acuerdo creo que hasta por el orgullo gay, creo que hasta
por la paz del mundo, todas las babosadas que se nos ocurrían, el amor, etc. De
todo lo que no hay. Una vez que terminamos los brindis ahora si arrancamos otra
vez todos en estampida para afuera, atrás de mi iba la chica de casa habitación
pueblo rural, no me acuerdo como se llamaba, sujetándome del hombro derecho y
ya dije no, pues ahora sí, que alguien me lleve, como me verían los que estaban
bien tomados que me decían, ¿No quieres que te lleve?
No, estoy bien, les contestaba.
¿Vas hasta tu casa?
No, voy a la panadería, a la
oficina, es que ahorita voy a repartir las órdenes de producción de pan que no
entregué. Realmente iba a la panadería porque allí habíamos hecho una
ampliación con baños, regaderas, una cama, para cuando nos quedáramos ahí tarde
podernos bañar, hacer una cama allí para dormirse cuando hubiera necesidad y
solo tres personas teníamos llave uno era el maestro panadero otro el encargado
de la panadería y otra yo.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
125.- Un día, como hoy…una mujer me enseñó que estoy hecho de amor.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
Bertha traía una chequera por
allí, el dueño dijo que no, que pagaran al día siguiente, que no teníamos que
pagar en ese momento, porque éramos clientes reconocidos ¿No?
Le dio la cuenta en una
remisión para que se la llevara y al día siguiente mandaba una persona para que
ya sobrios se la pagara, la remisión llevaba el desglose de los consumos con
rollos de cada comensal, la vio Bertha y abrió tamaños y ojos y se rio,
riéndose porque estaba acostumbrada a estos eventos, pero yo no, era una
millonada allí, no sé cuánto habrá sido, pero íbamos a sangrar la cartera.
Yo no sabía cuál era el movimiento,
pero empezaba a sacar la cartera para cooperarme, para pagar y me manoteo
rápido el jefe de proyectos, la otra chica aprovechó para agarrarme la
entrepierna, yo no sabía de qué se trataba porque estaba completamente ebrio,
guarde la cartera, todos ofendidos porque como iba yo a querer cooperar con la
cuenta, pero no me sabía el protocolo, se me hacía peor no intentar colaborar.
Nos paramos como pudimos,
empezamos a acomodar las sillas ya nos íbamos unos a tras de otros hacia la
salida cuando dice la Directora de Patrimonio: Espérense y todos metimos freno,
como los elefantes, chocamos unos contra otros, nos dijo: Faltan las de la casa
y yo no entendía eso, faltan las de la casa, íbamos a cazar ¿Qué? Pero es
sabido entre la gente que acude a estos eventos que cuando hay una comida así
tan grande tan completa costosa, que la casa regala unas bebidas y entonces ahí
vamos todos de regreso a sentarnos a nuestros lugares, el jefe de meseros
volteó a ver al dueño y este autorizó haciendo señas a los meseros que aún
quedaban que sí, que sirvieran las de la casa.
¿Cómo se acuerdan los meseros
de lo que teníamos servido? No sé, yo estaba tomando una cuba otro un tequila
hornitos reposado, y así y se acordaban de todo, allí brindamos por la
felicidad, por no me acuerdo creo que hasta por el orgullo gay, creo que hasta
por la paz del mundo, todas las babosadas que se nos ocurrían, el amor, etc. De
todo lo que no hay. Una vez que terminamos los brindis ahora si arrancamos otra
vez todos en estampida para afuera, atrás de mi iba la chica de casa habitación
pueblo rural, no me acuerdo como se llamaba, sujetándome del hombro derecho y
ya dije no, pues ahora sí, que alguien me lleve, como me verían los que estaban
bien tomados que me decían, ¿No quieres que te lleve?
No, estoy bien, les contestaba.
¿Vas hasta tu casa?
No, voy a la panadería, a la
oficina, es que ahorita voy a repartir las órdenes de producción de pan que no
entregué. Realmente iba a la panadería porque allí habíamos hecho una
ampliación con baños, regaderas, una cama, para cuando nos quedáramos ahí tarde
podernos bañar, hacer una cama allí para dormirse cuando hubiera necesidad y
solo tres personas teníamos llave uno era el maestro panadero otro el encargado
de la panadería y otra yo.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
124.- Un día, como hoy… le retiraron el yeso del brazo al inquieto de mi sobrinito.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
123.- Un día, como hoy…mi hija aprendió a andar en bicicleta.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
Y pues la verdad si estaba
tocado allí con ese hidalgo. Pero aquí si hay que explicar algo, se dice
hidalgo porque los políticos en su último año de sexenio en el último año
decían año de hidalgo: chingue a su madre el que deje algo, como decir es un
tonto el que deje algo, había lugares donde inclusive se llevaban los arcos de
las puertas que eran metálicos, los zoclos, había que robarse todo. Acá un
hidalgo es chin chin el que deje algo en el vaso, o sea había que vaciarlo por
completo, así estaba la situación, me tomé un trago o de agua de refresco de lo
que fuera, tenía los ojos inyectados era imposible vivir así, me fui al baño,
otro error, porque en lo que fui a refrescarme se pusieron de acuerdo entre
todos para emborracharme, que hijos de la chingada.
Llego, y la chica que me había
llevado, me dice contador, yo no quiero ser menos de los que están aquí, que
mis compañeros, si me aceptas un hidalgo de fraternidad. No, no, tu y yo somos
amigos, le decía, nos vemos diario, no tenemos esos problemas, porque no nos
damos un abrazo le decía, algo que no fuera tomar, algo más tranquilo.
Y así siguió después Bertha la
administrativa, flaca, flaca, tenía un pasado tórrido con un ex chapinguero,
que le había dejado nada más una hija y como buen ex chapinguero huyo de sus
responsabilidades, y dijo: Yo también quiero echarme un hidalgo con el
contador. Allí se inventó un conflicto entre contadores y administradores que
ya lo era. Después dijo quiero hacer otro brindis con el contador, otro
hidalgo, porque quiero aclarar que nunca le he retrasado un cheque, el piensa
que sí, pero es porque no hay recursos en tesorería y porque el central no nos
manda las remesas y allí dio una explicación loca de porque se quería echar un
hidalgo conmigo.
Para todo esto el Director del
Patronato que era un fino bebedor los volteaba a ver como estudiándolos, como
maloreándolos ¿No? y el Subdirector se desvivía por atenderlo, seguramente le
iba a pedir un favor, otro más, bueno, a esas alturas yo ya me sentía el Cura
Hidalgo, flotaba, sentía que flotaba, las piernas me hormigueaban y ¿Que creen?
Siguió la cena, seguimos comiendo, bebiendo y se pasó el tiempo rapidísimo,
veía como se iban yendo los comensales y cuando volteo a ver ya no había nadie,
la gente limpiando las mesas, levantando los manteles, subiendo las sillas
arriba de las mesas, no,no,no, eran más de las 2 de la mañana y alguien muy
prudente ya a esas horas dijo yo creo que ya nos vamos.
Pues eso sí y dijo el Tah a su
chofer: Hay que ir a calentar el auto. Sí señor, le contestó, pero no se movió
el chofer porque ya tenía el antecedente que se lo tenía que llevar cargando.
Después le hizo una seña a Bertha como que anotaba algo en el aire, o sea que
pidiera la cuenta (Cuanto había sido el consumo), movió la cabeza
afirmativamente y no se dirigió al
mesero sino al dueño del restaurante y le escribió en el aire el mismo mensaje,
que le diera la cuenta y bueno, el dueño que ya estaba muy cansado, los
parpados se le caían y como todos se
quería ir a dormir, le contestó afirmativamente y obviamente ya tenía hecha la cuenta hace
tiempo y solo faltaba la acción decidida de pagar, ¿No?
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
122.- Un día, como hoy… fuimos a bailar música romántica.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
121.- Un día, como hoy… fuimos a donar sangre para mi tío.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
Yo no soy de andar tomando,
soy abstemio natural, porque hay gente que no le gusta tomar, o sea beber vino
o licor porque se obliga a pagarlo y en los restaurantes es muy caro, pero hay
gente que cuando le invitan a beber siempre dice que, si porque no tiene que
pagarlo y está bien, pero a mí no me gusta ni cuando lo pago ni cuando no lo
pago.
Estaban todos insistiendo:
Tómate algo.
Si ya estoy tomando.
Pero no refresco, algo,
estamos todos aquí compartiendo y tú no.
No, no si estoy aquí comiendo,
llevo tres platos.
Bueno, para no descuadrar pedí
licor de tomar: A ver una cuba, pero ligerita, a mí no me gusta mucho. Póngale
mucho refresco y poco ron, lo que yo no sabía es que la güera, la Directora de
Patrimonio que estaba atrás de mis espaldas le había hecho la seña al mesero
que le pusiera mucho ron y poco de refresco de cola y cuando la probé, le di el
primer sorbo sentí que me elevaba hasta Júpiter, no, tranquilos, pues que le
pusieron a esto.
Allí empezaron los brindis: A
ver un brindis porque estamos reunidos por este año y podemos avanzar, brindis,
brindis y a tomar. Otro brindis porque lo que fuera y luego la güera que era
bien canija decía quiero hacer un brindis especial un hidalgo con el contador,
Pero ¿Yo por qué o qué?
Porque hay gente que piensa
que nosotros no nos llevamos bien.
No eso es incorrecto.
No, pero yo quiero que todos
mis amigos sepan que eso no es verdad.
Bueno pues un hidalgo. Un
hidalgo es que te sirven una copa así grande de licor o brandy vivo, sin agua
sin refresco ¿No? Se cruzan los brazos las dos personas y se toman hasta la
última gota. Y yo que no estaba preparado para un ataque mortal de ese tamaño.
Los demás decían si contador, rápido me llevaron la bebida y chin que me llenan
el vaso, lo bueno que tenía un poco de refresco remanente, si no allí quedo a
la primera como araña fumigada. ¡Todo, todo! gritaban a mi alrededor, tenías
que levantar la mano y ahora sí que empinar el codo, ahí sentí que la orejas me
daban vuelta, que me salía lumbre, que los ojos se me desprendían, ¡Uf! me
senté rápido para aguantar ¿No? antes me había dicho el mismo mesero que me
atendió a la entrada porque me vio, así como a punto de cantar la guácara
(vomitar) se me acerca y dice comió de más ¿Verdad? Pues sí, un poquito porque
tenía mucha hambre. Espéreme, salió y regresó con una gran charola y una copa
así diminuta, tómeselo, es para el desempance. ¿Desempance? Es para des
empanzonarse, bajar la panza. Bueno. Pues todo servía no, bueno, me lo tomé y a
los 5,10, 15 minutos cuando mucho ya me sentía bien, repuesto, que barbaridad
ese tipo trae magia en la charola ¿No? porque era fabuloso lo que lograba.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
120.- Un día, como hoy… junto a ti la vida me llenó de bendiciones.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
119.- Un día, como hoy…me regalaste la luna, estaba enorme.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
118.- Un día, como hoy… me compré los zapatos que me gustaban.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
No es que ya son clases que
tengo asignadas hace mucho tiempo y no las podría dejar, así es que hago mis
corridas de venta y termino en la universidad. Estoy vendiendo mucho, miren y
les empezaba a contar, cuando les caía gordo es cuando les daba datos, el
último mes de la FAO (la Universidad Autónoma Chapingo tenía la exclusividad de
distribución en todo el país de las publicaciones) tuve oportunidad de colocar
20% más que en el mes anterior y tengo el pronóstico de elevar las ventas a más
del triple que en ningún año anterior. Allí es donde todos salían corriendo. No
nos hables de eso ahorita que estamos comiendo, me decían para no hablar de
resultados.
No, es que estoy explicando
que estamos creciendo y es necesario armar ese grupo de trabajo para unificar
varias instancias de Chapingo, porque la producción se puede unificar no nada
más vender quesos y leche, podemos vender toda la producción agrícola de la
Universidad, tenemos miel, carnes ahumadas, etc. Entonces preguntó el subdirector
¿Por qué crees que queremos comercializar todo lo de Chapingo?
Es que el que vende una cosa
puede vender otra.
¿Por qué no hacen el esfuerzo
ellos? ¿Por qué tenemos que ser nosotros? ¿Te has llegado a preguntar eso?
No es que a mí lo que me
interesa es comercializar lo nuestro, es una buena oferta, pero no es
suficiente, habría que vender más cosas. Si tenemos espacio para vender uno y
caben dos o tres o cinco, entonces nosotros la compramos en un peso y nos
llevamos una comisión, la colocamos a 5 para poder pagar el local, costos de
combustible y otros, es parte de nuestra labor, obtener ingresos
extraordinarios para el patronato.
Fue hasta que me trajeron mi
plato principal de comida que me dejaron de dar lata porque decía esto es para
comer y no para contestar una puya, otra puya.
Porque me decían ¿Oye y porque
siempre vienes de traje? si aquí es más informal,
No, no, si siempre me quito
el, saco, y es que tengo reuniones con auditoria y hay que estar al nivel de
ellos para que nos entiendan, hay reuniones con contraloría, con rectoría y
ellos son muy formales, en comedores, en fin. Y bueno hay que estar a la par,
pero cuando puedo, por ejemplo, los sábados ando en mangas de camisa, pero lo
que pasa es que el sábado (Ahí les tiraba la de regreso) ustedes no vienen y no
me alcanzan a ver y no los puedo invitar a comer.
El director del patronato se
reía ¿No? Tanto de lo que me preguntaban y de lo que yo contestaba.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
117.- Un día, como hoy… regresó mi hermana de su luna de miel.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS