Subió otro y dijo: que venga el
contador, o sea Cesar, para que abra la caja fuerte, y dijo Cesar: no tenemos
caja fuerte. Baja, le contestó el otro, no es tu dinero, que no te maten por
papeles, abre la caja fuerte, no tengo caja fuerte le dijo. Si tienes caja
fuerte y está en el almacén de llantas, ya se levantó César y se fue con uno de
ellos, días después nos comentaría Pascual: yo cuando vi que se llevaban para
abajo a Cesar pues ahí me despedí de él yo no pensé que fuera a regresar porque
eso tipos venían mal, venían como drogados estaban muy alterados, entonces
estaba cabrón el asunto, se fue con ellos eso nos platicaría Cesar ya después que lo
bajaron lo amenazaron mal, a ver cabrón cómo que no tenías caja, te voy a matar
a ti, ¿crees que te van a ayudar para que te entierre tu familia? No es tu
dinero cabrón. Ahí fue otro para evitar
que le disparara: déjame que yo le ayudo a abrir la caja. Empujó a Cesar para
que se apurara, el otro le gritó desde la puerta del almacén que lo iba a matar
si no la abría pronto. Intentó abrir la caja César y le falló, no la pudo abrir
la primera, estoy nervioso, dijo, entonces uno de los ladrones corrió al otro
que lo estaba amenazando y le dijo a Cesar: no te preocupes, después confesó
que eso le dio mucha confianza y abrió la caja fuerte y había muchos cortes
porque los viernes se hacen varios cortes en la caja porque viene mucha gente
casi todo el día está lleno, lleno, y hasta el sábado viene la recolección de
dinero.
El Dueño Del Dique.
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