Pasó el tiempo y estaba
trabajando para la Universidad Autónoma Chapingo administrando las Empresas de
Servicio, y me daba mis mañas para, los miércoles y
viernes dar mi clase en la Facultad de Contaduría Y Administración de la UNAM
de 8 a 10 de la noche, ese día llegaba muy temprano a la Universidad Autónoma Chapingo,
a las seis de la mañana para hacer la
firma de todos los documentos que tenía que hacer y no quedara nada pendiente,
ni cheques ni pedidos, nada, ya venía preparando desde el miércoles limpiar mi
escritorio de pendientes, entonces podía salir a buena hora de Chapingo para
llegar a las tres de la tarde, si eran las dos y media mejor, porque es la hora de la comida en Ciudad
universitaria y ahí juntarme con algunos amigos a jugar básquetbol y hacer
algunas otras actividades, días fabulosos que me tocó vivir esos viernes que
estaba reviviendo mi vida de cuando fui estudiante o trabajador en Ciudad universitaria.
Después de jugar basquetbol o
correr nos íbamos a comer un coctel de fruta, hay muchos lugares para comer,
ahí en el “hoyo” que antes fue una terminal de autobuses de camiones que
llegaban ahí con estudiantes y en el fondo hay un espacio donde se venden jugos
licuados y fruta, allí se reunía un grupo de amigos de auditoria interna, afuera
de la alberca olímpica se reunían otros, de control presupuestal, todos muy
queridos, afuera de la facultad de filosofía y letras otros y muchos
trabajadores y estudiantes también, nos reconocíamos, nos veíamos, nos saludábamos.
Había facultades donde también acudíamos porque habían, en algún momento,
estado amigos de auditoría interna y habíamos quedado de comer allí y tenían
comida rica, o a mí mismo me había tocado estar en varias dependencias
universitarias y me había gustado comer allí, así que invitaba a otros a comer,
me parecía un buen lugar y aunque ya había pasado ese tiempo hacía mucho, de
que había trabajado haciendo auditoría interna pues nos quedaba el recuerdo ¿no?
el lugar donde habíamos comido que nos supo muy rico, claro que también había
lugares a los que no nos gustaba ir, en donde alguna vez nos enfermamos mal del
estómago, como el famoso y conocido “el paso de la muerte” que es un pasillo
largo paralelo a la barda que separa ciudad universitaria del mundo exterior
donde hay negocios de muchas cosas pero también se vende comida, de todo tipo,
pollos rostizados, pozole, fritangas, y
como algunas personas se habían enfermado se le conoce como el “camino de la muerte” ¿no?
porque ese caminito había comida que te podía llevar al hospital y más allá.
El Dueño Del Dique
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