654.- Un día, como hoy… armamos la maleta para el viaje.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
654.- Un día, como hoy… armamos la maleta para el viaje.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
653.- Un día, como hoy… caí en
tus brazos.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
652.- Un día, como hoy… celebramos habernos conocido.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
651.- Un día, como hoy… anoté
el gol de la victoria.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
Era muy bonito estar dándole
vueltas a todo el sur de la ciudad hasta que llegaba a la hora de mi clase, es
extraordinario dar clases, la mía la tenía hecha de mucho tiempo atrás, porque la
primera vez que da uno la clase siempre quedan muchas dudas, yo en mi caso
analicé el temario y sabía dónde podía apretar y dónde podía aflojar el paso y
cumplir en tiempo, pero sabía que tenía que llegar por lo menos una clase antes
del cierre ya todo visto pero como siempre se estorba algo, se pone algo en
duda, tenía todavía la última clase para ajustar y para terminar todo, repasar lo
que pudiera porque tenía ese tiempo.
Recuerdo que la primera clase
que una de las primeras clases que me toca impartir fue Código Fiscal y cuando
a mí me la me la dieron (ya explicaré la circunstancia) por qué era algo ahí
muy bonito que yo quería dar clase en mi Facultad, daba clase en otros lugares
que no eran universitarios eran para chicos que no habían podido ingresar a la
Universidad, también daba curso de contratos, daba cursos varias dependencias y
siempre me quedaba con la con las ganas de dar la clase de Código Fiscal o de
Auditoría Interna, en aquel tiempo Maricarmen Rodríguez, “la güera Rodríguez”
ex compañera, ya no estaba en Auditoría Interna sino que fue Secretario
Administrativo de la Facultad de Contaduría y Administración y un día por la
tarde me llamó de urgencia, me dijo si podía ir y dije claro que sí con mucho
gusto. No vayas a faltar porque te estoy esperando. Sí, sí, sí, claro, le
contesté, seguramente había pensado en mí para una clase.
Tenía que estar a las cinco de
la tarde en la Facultad, arregle todo lo necesario en Chapingo y acudí con mi
amiga, llegué a tiempo, me hizo esperar una hora, se sentía que había mucha
presión y le comenté cuál era la urgencia.
Resulta que los profesores, se
han de acordar algunos, que en aquel tiempo los profesores como ahora, tampoco
ganaban muy bien, no ganaban lo suficiente, nadie podía vivir de dar clases,
ahora tampoco, y me planteó un problema especial, el Tecnológico de Monterrey había hecho una invitación
masiva a la planta de profesores de la Facultad para llevárselos y muchos
habían aceptado, inclusive profesores de tiempo completo habían pedido licencia
para probar suerte en otros lugares y todos estuvieron acomodo en el Tec de
Monterrey y no teníamos profesores para iniciar el semestre. Dentro de mi pensé
que me hablaba para invitarme a dar clases, pero no, me dijo que le consiguiera
profesores porque yo estaba en el medio fiscal y conocía a muchos
especialistas.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
650.- Un día, como hoy… limpiamos
la recámara de mi hija.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
649.- Un día, como hoy… fuiste mi cómplice.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
Platicaba de algunos temas con otros profesores porque en aquel tiempo estaba terminando de hacer un manual antifraudes que así lo denominé, y buscaba ayuda para hacer más completo un manual de cómo detectar fraudes, porque había encontrado varios mi carrera y me imaginaba otros que se podían dar, y platicaba con gente que había estado en un fraude en empresas que conocía y para un estudiante era muy importante tener ese manual porque podía detectar una anomalía con facilidad en su empresa teniendo el conocimiento teórico y así poder descubrir algunos. Pero siempre hay la reticencia de los profesores que señalan que la auditoría no está encaminada a descubrir fraudes, sino que el fraude es una consecuencia del trabajo de la búsqueda de otros datos y tienen razón pero también yo tengo la razón en el sentido de que existen, sabiendo los indicios lo puedo detectar con facilidad, poder diagnosticar, inclusive incluía algunas hojas de trabajo que me habían servido y datos de cómo se podían detectar los fraudes en estados de cuenta bancarios, fraudes en estados financieros, fraudes en cuentas por cobrar, y diversos que me había encontrado en mi carrera.
Decía cuál era el tipo de
fraude, cómo se había encontrado y cuáles eran los puntos que había que revisar
para que se pudiera tener la certeza de una irregularidad, decía la norma de
auditoría que era la que correspondía aplicar, el alcance, etc.
Llegué 10 minutos antes de la
hora de la clase y me retiré a mi salón, siempre llegaba con algunos minutos de
anticipación para que si el profesor anterior salía podía ingresar para poder
ir tomando la asistencia y ganar tiempo porque eran muy nutritivas las clases y
el tiempo era importante, no nos podíamos pasar mucho porque terminamos a las
10 de la noche y había el problema para los chicos porque no había transporte
para llegar al metro o salir de C.U.
Llegué, di mi clase, entregué copias, muy nutritiva la clase a las 10 yo decía bueno miren, lo terminamos la próxima clase, esta filmina la dejamos aquí y me protestaban de que acabáramos todo, al fin salimos todos como cucarachas espantadas, mi vehículo era el último que estaba en el estacionamiento y tenía que ir solo, que miedo, llegué a casa y puse en la tele un noticiero y me enteré de que habían asesinado al señor Padilla, que fue el único Cajero General que tuvo la universidad desde que se había pasado a Ciudad universitaria, dejando vacío de estudiantes al viejo barrio universitario.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
648.- Un día, como hoy… comimos paletas de pistache.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
647.- Un día, como hoy… jugamos
al amor.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
646.- Un día, como hoy… casamos
a nuestros perritos.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
645.- Un día, como hoy… estuvimos en el
pasto mirándonos.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
Se venía a la tarde, ya eran
las cinco, ya bañado y comido seguía mi labor de venta de productos de Chapíngo,
porque traía quesos que vendía en la Dirección General de Estudios Administrativos,
había dejado una caja con queso seccionados,
porque el queso era grande (una “bola”) de entre 3 y 5 kg y se cortaba para
poderlo vender más fácilmente, todo partido, con el peso de cada uno y el
precio final y una amiga, Lupita, se encargaba de venderlo a todo mundo (los
trabajadores de la Dirección) muy rico el queso de Chapingo y me pagaba lo que
había dejado el miércoles y el viernes me pagaba todo y así estábamos, porque la
gente comía, ellos comían, sus padres, sus hermanos, todos sus familiares o los
vecinos les encargaban y entonces no cesaba la compra y siempre llega una caja
llena de kilos y kilos de queso que no podía cargar, me tenían que ayudar a
bajarlo, después me iba a vender libros de Capingo a las Facultades, Centros de
trabajo, librerías ambulantes, puestos callejeros, etc. Lo mismo hacía con las
ediciones de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y
la Agricultura) de la ONU porque teníamos la representación de la FAO en México,
en esas épocas fue cuando se empezó a vender el material educativo y de
investigación de la FAO, el gancho era un disco para computadora de tres y media
que se llamaba Codex Alimentarius y de no vender nada a empezar a vender como locos
por todos lados, porque mandaba faxes a empresas Farmacéuticas, Escuelas de Biología,
de Química de todas las que podían tener necesidad o que sean referencia al Codex
Alimentarius lo hacía también a las escuelas que enseñaron física no sé para qué,
parece que usaban las tablas estadísticas que contenía.
Llegó un momento en que tenía
que ir a las oficinas de la FAO por más discos de tres pulgadas y media para
computadora con el Códex Alimentarius y me decían que ya no tenían, pero les
insistía en que me los vendieran porque ya tenía pedidos fincados, y me decía
el encargado que los podía duplicarlos y venderlos, así sin los logos de FAO,
que me daban autorización.
Vendía el Codex Alimentarius a
un precio alto que era superior al que tenía en el catálogo de la FAO pero les
incluía libros de Chapingo, entonces realmente pagaban por el paquete, esas son
técnicas comerciales que tenía que utilizar porque había silos completos llenos
de libros sin vender. Cuando daban las siete de la noche me despedía donde sea
que estuviera, dejaba tarjetas por todos lados para hacer contacto de ventas y
recibía muchas llamadas o mi secretaria y anotaba los pedidos de leche, queso
panela, queso manchego, libros, ediciones FAO y me apoyaba en varias personas
para surtir los pedidos conforme a las rutas que ya tenía formadas.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
644.- Un día, como hoy… nos
bañamos en el río.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
643.- Un día, como
hoy…visitamos a mis suegros.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
642.- Un día, como hoy… fuimos
campeones.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
641.- Un día, como hoy… los
abuelos subieron en la escalera eléctrica.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
640.- Un día, como hoy… llego
carta de mi hija.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
639.- Un día, como hoy…aramos
el terreno con el tractor.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
638.- Un día, como hoy…hicimos
un pastel de queso.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
Pasó el tiempo y estaba
trabajando para la Universidad Autónoma Chapingo administrando las Empresas de
Servicio, y me daba mis mañas para, los miércoles y
viernes dar mi clase en la Facultad de Contaduría Y Administración de la UNAM
de 8 a 10 de la noche, ese día llegaba muy temprano a la Universidad Autónoma Chapingo,
a las seis de la mañana para hacer la
firma de todos los documentos que tenía que hacer y no quedara nada pendiente,
ni cheques ni pedidos, nada, ya venía preparando desde el miércoles limpiar mi
escritorio de pendientes, entonces podía salir a buena hora de Chapingo para
llegar a las tres de la tarde, si eran las dos y media mejor, porque es la hora de la comida en Ciudad
universitaria y ahí juntarme con algunos amigos a jugar básquetbol y hacer
algunas otras actividades, días fabulosos que me tocó vivir esos viernes que
estaba reviviendo mi vida de cuando fui estudiante o trabajador en Ciudad universitaria.
Después de jugar basquetbol o
correr nos íbamos a comer un coctel de fruta, hay muchos lugares para comer,
ahí en el “hoyo” que antes fue una terminal de autobuses de camiones que
llegaban ahí con estudiantes y en el fondo hay un espacio donde se venden jugos
licuados y fruta, allí se reunía un grupo de amigos de auditoria interna, afuera
de la alberca olímpica se reunían otros, de control presupuestal, todos muy
queridos, afuera de la facultad de filosofía y letras otros y muchos
trabajadores y estudiantes también, nos reconocíamos, nos veíamos, nos saludábamos.
Había facultades donde también acudíamos porque habían, en algún momento,
estado amigos de auditoría interna y habíamos quedado de comer allí y tenían
comida rica, o a mí mismo me había tocado estar en varias dependencias
universitarias y me había gustado comer allí, así que invitaba a otros a comer,
me parecía un buen lugar y aunque ya había pasado ese tiempo hacía mucho, de
que había trabajado haciendo auditoría interna pues nos quedaba el recuerdo ¿no?
el lugar donde habíamos comido que nos supo muy rico, claro que también había
lugares a los que no nos gustaba ir, en donde alguna vez nos enfermamos mal del
estómago, como el famoso y conocido “el paso de la muerte” que es un pasillo
largo paralelo a la barda que separa ciudad universitaria del mundo exterior
donde hay negocios de muchas cosas pero también se vende comida, de todo tipo,
pollos rostizados, pozole, fritangas, y
como algunas personas se habían enfermado se le conoce como el “camino de la muerte” ¿no?
porque ese caminito había comida que te podía llevar al hospital y más allá.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
637.- Un día, como hoy…vimos una película en casa comiendo un pastel.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
655.- Un día, como hoy… llevamos
al aeropuerto a mi suegra.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
653.- Un día, como hoy… caí en
tus brazos.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
636.- Un día, como
hoy…superamos nuestras diferencias.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
635.- Un día, como hoy…sacamos
fotografías de la ciudad.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
634.- Un día, como hoy…te tejí
una bufanda.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
632.- Un día, como hoy… compramos
la carne para el asado.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
631.- Un día, como
hoy…perdimos los tenis en el río, pero no el entusiasmo.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
630.- Un día, como hoy… vibró mi corazón por ti.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
629.- Un día, como hoy… les
brotaron las alas a los pichones.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
628.- Un día, como hoy… iniciamos
el año juntos.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS