No contador, yo diré dos palabras
nada más, pero no sabía para que me habías dejado esta tarjeta. Es para usted,
si no se puede todo, lea la primera parte y haga un pequeño comentario.
Tú no me dices lo que voy a hacer. No,
no, pero sería muy bonito que… ya vete contador, no te quito tu tiempo, sí
señor no se preocupe.
Faltando quince minutos para las seis
de la tarde ya estaba todo mundo en la sala y el autor tomándose fotos todavía
con varios periódicos, algunos de ellos ya desaparecieron, pero bueno en sus
archivos quedó ese momento histórico ese legado que yo imagino se los ceden a
otro periódico cuando desaparecen, pero si alguien quiere saber más de la Capilla
allí tendría la información y pormenores del libro y muchos lugares importantes
de Chapingo.
Estaba afuera de la Capilla con un
paragüas esperando la llegada de Lupe Rivera y nada, sale el Director del
Patronato Universitario, el yucateco filósofo y me dice: Si no empiezas la
ceremonia la empiezo yo y nos vamos todos en cinco minutos.
Está bien señor, ya no espero más.
Voy a iniciar el evento. Date
prisa que el señor Rector tiene muchos compromisos y se quiere retirar.
Como todo prestidigitador siempre
tenía un as bajo la manga, una sorpresa que dar, así que me acerqué con Ánimas,
mi editor y el presentador y les dije esto vamos a hacer: Que de inicio la
presentación, tarde usted lo más que pueda en presentar a los miembros del
podio, Animas, pones a una persona de relleno en una silla para que le ceda el
lugar a la hija de Diego Rivera cuando llegue. De reojo volteo a ver a Animas
que me mira como diciendo: este loco todavía cree que va a venir la hija de
Diego Rivera.
Voy a entrar en la capilla con
ella del brazo y cuando nos vean, así como que nos vamos a casar, suspenden la
plática y empiezan los dos a aplaudir.
El Dueño Del Dique
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