Ya no me acordaba me decía. No, no se
preocupe entonces hay empresas que hay notas que se revisan porque sí, por
azar, porque no necesariamente hay una causa que motive la revisión, y en eso estábamos cuando suben dos clientes
de traje con barba de candado muy bien arreglados como para ir al teatro o al
cine o a una boda, algo así ¿no? pero iban armados yo los veía casi de frente, César
los vio de su costado izquierdo y levantó las manos yo los vi y venían para acá
con nosotros, Tere estaba de espaldas a ellos y de frente de mi, le dije: Tere,
no se vaya a espantar pero creo que nos van a asaltar, apenas dije creo que nos
van a asaltar y pego tremendo brinco para atrás, volteó y se paró y la
encañonaron a muy corta distancia, ¡no se muevan cabrones! Dijo uno de ellos
sin tomarla en cuenta, yo me levanté con las manos arriba ¿no? para que no
vieran qué íbamos a poner resistencia ni nada, Tere aprovechó para situarse
atrás de mí, yo saqué mi cartera y la aventé al escritorio, al cajón para que
no me la robaran, tenía el escritorio abierto porque como estaba comiéndome la
torta más una galletita, más unos cacahuates japoneses, más lo que podía, estaba
abierta la gaveta.
El problema fue que uno de los de los asaltantes había visto que Tere tenía muy buenas formas y en eso estábamos cuando empiezan a subir todos nuestros compañeros con las manos arriba, todos apuntados porque eran dos los ladrones que estaban con nosotros más los que habían quedado abajo, no sé si eran dos o tres y nos dicen todos contra el escritorio y el escritorio daba a la parte de la calle o sea contra el cristal y había dos cristales uno quedaba la calle otro que daba a la zona de servicio, primero nos mandaron del lado que daba a la zona de servicio y parte a la calle.
El Dueño Del Dique
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