ASALTO EN MIXCOAC PARTE 7
Pascual era un vendedor muy hábil,
había gente que llegaba pidiendo un llavero, unos guantes, algo muy chiquito ¿no?
y salía con el llavero mas cuatro llantas, con servicio de alineación y
balanceo, con cambio de amortiguadores y lo que
le pudiera vender, tremendo, era obviamente el que se iba con más
comisiones, vendía llantas a todo mundo tenía contactos en muchos lugares y
había que estarle surtiendo, comprando llantas vendiendo llantas porque las
vende muy rápido, una habilidad nata, él había llegado acá cuando se compró la
empresa, pero había estado vendiendo autos nuevos y usados en la empresa grande,
Centro Automotriz, la agencia de Chrysler y allá la competencia en ventas estaba muy,
muy fuerte, había un vendedor estrella que vendía casi todos los coches de la
empresa, tenía muy buena relación con el gobierno entonces vendía flotillas de
autos, ventas millonarias y Pascual pues le hacía mosca por el tipo de estilo
popular que tenía, así que lo mandaron para acá a a vender llantas y Pascual vendía llantas pero
por montones, cayó como anillo al dedo.
Yo usaba el escritorio que tenía
Pascual en la planta alta cuando no estaba ocupado por alguna reunión junta o
algo, en esos casos yo tenía que trabajar con César en su escritorio, que era
muy incómodo porque yo no tenía dónde poner las piernas, César sí, pero yo no, estaba
de lado trabajando con cosas encima pero ya más o menos Pascual sabía que cada
dos semanas yo iba usar su escritorio, claro que yo le preguntaba si podía
usarlo y siempre me decía: si, no te preocupes.
El Dueño Del Dique
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