martes, 1 de septiembre de 2015

LA LEYENDA DE HAPY DAYS, HAPPY BIRTHDAY Y EL SUPER ENEMIGO CACHORROS (VI)

Faltaba poco para el medio tiempo y dije voy a terminar en la banca y me libero de este compromiso y pedí mi cambio y después de la actuación que estaba llevando de pelotas  recuperadas anotaciones, tiros de fuera, parecía que estaba anotando todo, me pidió el capitán que esperara, que aguantara, y le decía es que hay mas que no juegan. Concéntrate,  hay que asegurar este partido cabrón.

De allí en adelante deje de subir a  anotar, me quedaba abajó, daba pases largos pero con una certeza que parecía francotirador, donde ponía la pelota salía un compañero y enseguida anotaba, era una derrota embarazosa, venía el Oso y antes de que hiciera su movimiento abrí los brazos y la piernas para que pudiera entrar y por imposible que parezca pudo entrar, era de fanfarria, pero falló el tiro.  Ahí ya estábamos pagados, no había que reclamarle nada a nadie, porque había cumplido con el acuerdo.

Recuperaba balones lo cedía al compañero más cercano a veces les tiraba alguna cerca para que la recuperaran  y no, no pasaba nada, ese día ellos estaban negados.

Segundo tiempo pedí estar en la banca un rato estaba cansado de haber jugado todo el primer tiempo y a qué ritmo. Masacrando ex amigos porque seguramente iban a terminar siendo ex amigos y ex compañeros lo único que me gratificaba  es que Martita la chica que me gustaba estaba viendo el partido, eso me di cuenta cuando salí a la banca me senté sobre mi mochila y ella le preguntaba a uno de los chicos de Happy Days por mí y yo parecía pavo real. Estaba  en la banca pero sudaba y sudaba porque siempre he sudado mucho pero ahora por los nervios de que estaba la Martita allí.

No paso mucho tiempo cuando el poste del lado izquierdo cayó mal sobre su pie y se torció y me toco sustituirlo. Allí Ángeles había anotado cuatro canastas sin contestación. Había una buena brecha pero no una enorme brecha así que las alarmas, los focos rojos se  encendieron y cuando estás jugando con medio, con nervios, muchas veces las cosas no salen, hay que jugar libre del score, pensar que tienes que anotar la mayor cantidad de canastas  que puedas y ya, es todo lo que hay que hacer. Salen dos compañeros, el centro que era muy hábil y un ala y entonces ya quedamos en desventaja, era más fuerte su ataque que nuestra defensa, atacábamos bien no defendíamos bien, cuando me doy cuenta de esto les digo vamos a atacar dejemos dos en hilera, dos pintos de “i” y tres para arriba, ¿va?, ¡Va!

El dueño del dique

DERECHOS RESERVADOS