viernes, 17 de noviembre de 2023

Viernes en Ciudad Universitaria 6

 


Alguien llevaba algo de comer o comprábamos unas papas y comíamos tirados en el pasto de la Rectoría y no pensábamos que hubiera trabajadores adentro, no nos imaginábamos toda la política que se maneja allí, todas las decisiones nacionales que se toman allí, todo lo que se acuerda del campo, de los diferentes Estados, era una cuestión increíble estar cerca de ese poder sin saberlo, para nosotros era, la Rectoría un edificio más, una construcción, lo importante era lo que pasaba con nosotros.

 

Tratábamos de estar el mayor tiempo posible, en el campus, conocer y recorrer el famoso “camino verde”, ir a la biblioteca central con todos esos murales y quedarse por horas contemplándolos, intentando entenderlos, por allí alguna persona explicaba algo, no era como ahora que a los turistas les dan un recorrido y les explican cada parte del mural, algunos íbamos caminando por el pasto, pasando por debajo de la avenida de los insurgentes hasta llegar al estadio olímpico de C.U.  donde jugaban los pumas de la universidad, se podía llegar, no había rejas como ahora, íbamos platicando de las materias, los profesores, los compañeros, las tareas, lo que más nos gustaba, si conocían todas las instalaciones de la facultad, caminábamos y caminábamos, parecíamos incansables, invencibles, de entre nosotros saldrían contadores, administradores, directores de empresas, de despachos contables, gerentes de bancos, un sinfín de oportunidades, de opciones, algunos no terminarían la carrera. A mí me gustaba ir a otras facultades y conocer gente, hacer amigos, saber que hacían, las materias que llevaban, involucrarme en sus problemáticas. Esos viernes eran infinitos, podía hacer mi tarea en cualquier biblioteca del campus, en química, medicina odontología, cosas bonitas pasaban, y nos íbamos ese viernes después de pasar por la biblioteca para sacar libros para estudiar en casa, había que hacer muchas cosas y regresar al día siguiente, el sábado, porque en el primer año nos tocaba ir a la facultad de lunes a sábado, descansábamos el domingo, y yo me preguntaba porque no podíamos ir también el domingo un ratito a estudiar, estaba enamorado de mi Universidad.


El Dueño Del Dique

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