601.- Un día, como hoy…despertaste
a mi lado.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
601.- Un día, como hoy…despertaste
a mi lado.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
600.- Un día, como hoy…me
pusiste una trampa de amor.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
599.- Un día, como hoy…
empezamos a vivir nuestro amor.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
598.- Un día, como hoy…dormimos
hasta tarde.
El Dueño Del Dique
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596.- Un día, como hoy…llamamos
a la abuela.
El Dueño Del Dique
DERECHOS RESERVADOS
595.- Un día, como hoy… me
hiciste sentir especial.
El Dueño Del Dique
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594.- Un día, como hoy… conquisté
tu amor.
El Dueño Del Dique
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593.- Un día, como hoy…
barrimos con el pasado.
El Dueño Del Dique
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592.- Un día, como hoy…
preferimos estar acompañados.
El Dueño Del Dique
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591.- Un día, como hoy… rompimos
una piñata en la escuela.
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590.- Un día, como hoy…recibimos
a nuestro primito.
El Dueño Del Dique
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Alguien llevaba algo de comer
o comprábamos unas papas y comíamos tirados en el pasto de la Rectoría y no
pensábamos que hubiera trabajadores adentro, no nos imaginábamos toda la
política que se maneja allí, todas las decisiones nacionales que se toman allí,
todo lo que se acuerda del campo, de los diferentes Estados, era una cuestión
increíble estar cerca de ese poder sin saberlo, para nosotros era, la Rectoría
un edificio más, una construcción, lo importante era lo que pasaba con nosotros.
Tratábamos de estar el mayor
tiempo posible, en el campus, conocer y recorrer el famoso “camino verde”, ir a
la biblioteca central con todos esos murales y quedarse por horas contemplándolos,
intentando entenderlos, por allí alguna persona explicaba algo, no era como
ahora que a los turistas les dan un recorrido y les explican cada parte del
mural, algunos íbamos caminando por el pasto, pasando por debajo de la avenida
de los insurgentes hasta llegar al estadio olímpico de C.U. donde jugaban los pumas de la universidad, se
podía llegar, no había rejas como ahora, íbamos platicando de las materias, los
profesores, los compañeros, las tareas, lo que más nos gustaba, si conocían todas
las instalaciones de la facultad, caminábamos y caminábamos, parecíamos
incansables, invencibles, de entre nosotros saldrían contadores,
administradores, directores de empresas, de despachos contables, gerentes de
bancos, un sinfín de oportunidades, de opciones, algunos no terminarían la
carrera. A mí me gustaba ir a otras facultades y conocer gente, hacer amigos,
saber que hacían, las materias que llevaban, involucrarme en sus problemáticas.
Esos viernes eran infinitos, podía hacer mi tarea en cualquier biblioteca del campus,
en química, medicina odontología, cosas bonitas pasaban, y nos íbamos ese
viernes después de pasar por la biblioteca para sacar libros para estudiar en
casa, había que hacer muchas cosas y regresar al día siguiente, el sábado, porque
en el primer año nos tocaba ir a la facultad de lunes a sábado, descansábamos
el domingo, y yo me preguntaba porque no podíamos ir también el domingo un
ratito a estudiar, estaba enamorado de mi Universidad.
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589.- Un día, como hoy…caminamos
en reversa.
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588.- Un día, como hoy…el
viento nos despeinó.
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587.- Un día, como hoy…paseamos
en lancha.
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586.- Un día, como hoy…me
llevaste en motocicleta.
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584.- Un día, como hoy…subimos
al carrusel.
El Dueño Del Dique
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De los primeros profesores que
me tocó estaba Celorio, Celorio, y me acuerdo mucho, era muy importante, tenía
libros editados, daba conferencias y como él puro peso pesado nos dio clase, todos
pedían el tiempo de nuestras vidas para su clase como si fuera la única, nos
dejaban trabajo de investigación, nos pedían de todo, prácticas, esquemas,
cuadros informativos, de todo, y antes no era como ahora que está la
computadora había que hacerlo a máquina mecánica, algunos profesores daban la
oportunidad de entregar las tareas escritas a mano que era de agradecer mucho porque
iba a la biblioteca y lo iba sacando después unía como quería y ya tenía los resúmenes, luego venía el
primer descanso a las nueve de la mañana, tomaba un café, te fumaba un cigarro,
platicaba con los nuevos amigos, hacía nuevas relaciones con los del salón y
con los de los salones siguientes, después venía la siguiente clase, habían días
que salíamos a las once de la mañana y otros a la una de la tarde, algunos
compañeros ya estaban trabajando, siempre me toco estar con personas varios
años más grandes que yo, desde la primaria, y es espantoso, fue más notorio en
la preparatoria porque me tocó entrar de quince años y convivir con gente de
más de veinticinco, varias compañeras terminaron embarazadas y abandonadas,
tiempos difíciles esos.
En mi salón había dos chicas que trabajaban en
Liverpool o palacio de hierro, no recuerdo, muy bonitas, eran demostradoras y
vendedoras, así que apenas terminaba el profesor de dejar la tarea tenían que
salir muy rápido, en esos años no había transporte interno, así que lo más
rápido era salir por Av. Insurgentes y llegando a la civilización manejarse con
otros transportes pero muchos de nosotros nos íbamos a jugar a las canchas de
fútbol, de básquetbol y se hacía un ambiente espectacular es una cosa increíble
cómo nos divertíamos con tampoco ¿no? alguno llevaba una pelota, otros llevaban
guitarras y se ponían afuera de los salones a cantar, otros se unieron a la estudiantina
de la Facultad qué es muy buena, esos ya venían con la onda de la estudiantina
desde la prepa o la secundaria, sabían las rutinas, se sabían las canciones,
las entradas, el pandero es el más seguido y gracioso.
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583.- Un día, como hoy…contamos
historias de amor.
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582.- Un día, como hoy…reparamos
la bicicleta.
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581.- Un día, como hoy…fuimos
al cine a ver una película.
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580.- Un día, como hoy…cantamos
en el coro.
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579.- Un día, como hoy…limpiamos
la basura de la plaza.
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576.- Un día, como hoy… el niño se recuperó de las
paperas.
El Dueño Del Dique
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Después me decidí por ser
contador, me parecía de lo más prometedor esa carrera y me tocó estudiar en la
mañana, yo no sabía bien cómo estaba la jugada porque era mejor estudiar en la
tarde para poder trabajar en la mañana, por eso no lo sabe uno, la experiencia,
la necesidad nos va cambiando.
El primer día de clases fue
maravilloso, no me quería ir de la Facultad de Contaduría, nuevos compañeros,
amigos, profesores instalaciones, pero el primer viernes fue total porque yo amaba
a mi facultad y le quería poner mi nombre a todas las bancas, llegaba muy
temprano, tomaba el camión en la calle de Bolívar esquina con Izazaga muy
temprano por la mañana, no había nadie y
parecía que el chofer iba a ganar la Fórmula Uno y corría por la ciudad,
frenaba de golpe, daba cerrones a los demás autos, subía con otro estudiante,
pero él iba para Administración de Empresas, íbamos en el mismo camión, en el
mismo salón, en ese tiempo los dos primeros años estábamos en tronco común que
se llama o sean contadores y administradores coincidíamos en el mismo lugar en
todas las clases o sea tronco común, después nos separamos, cada quien con sus
clases específicas para su área de trabajo, su área de conocimiento.
Entonces nos íbamos en esos camiones,
el sentado en un asiento y yo en otro y nos zarandeada por todos lados por la
forma de manejar, nos sacaba del asiento y él le gritaba: oye, tranquilo nos
vamos accidentar y el chofer le contestaba: es que tengo que llegar, tengo que
llegar, cómo que tenía presión para hacer muchos viajes en un día y mi amigo le
contestaba: vamos a ir al panteón. Cuando nos bajábamos aparte de besar la
tierra dando gracias a Dios ya podíamos tener serenidad y arrancábamos a caminar
para la facultad en ese fresco lleno de Rocío, después de caminar por ahí se me
mojaban los zapatos, las bastillas de los pantalones pero llegamos a la
facultad antes de las siete, daba tiempo de leer la clase anterior, daba tiempo
de todo y aprovecha para recorrer la facultad, eran es primeros días que
quieres saber dónde estaba todo, memorizarlo, es como el amor nuevo ¿no? que uno
quiere saber todo, conocer todo, vivirlo todo.
Llegaba la primera hora y el maestro nos decía: vamos a esperar unos minutos a que lleguen algunos más y yo pensando: oye, empieza la clase, me levanté a las cinco de la mañana para estar aquí, para estar a tiempo y tú quieres esperarte a los que se levantaron tarde y bueno, había que esperar.
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578.- Un día, como hoy…hicimos
cestos de mimbre.
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575.- Un día, como hoy…hicimos
conserva de chiles.
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577.- Un día, como hoy…comenzamos
a trotar.
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574.- Un día, como hoy…capeamos
chiles.
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