martes, 29 de octubre de 2019

FAROLERO DE FREDDY NORIEGA III



Llegamos a Madrid a altas horas de la noche, cansados, molestos, divididos por el asunto de la abuela. Con el tiempo la nieta nos envió una nota muy fuerte y con varios improperios cuando se enteró por su mamá de que la abuela estaba enterrada en ese panteón pero del otro lado, donde descansaban los restos de la gente de alcurnia y tenía un monumento de mármol y nos pedía una satisfacción por esa falta.
En lo personal no contesté a esa provocación, me parece absurdo desviar a tanta gente por una cuestión personal sin sentido, que vaya con su familia y se tomen de la mano si quiere y haga una oración masiva y cosas así pero nosotros éramos unos verdaderos desconocidos, me imagino el tiempo que le costó encontrar la forma de comunicarse con nosotros para descargar su furia por el engaño.
En resumen tampoco pude escuchar en Madrid Farolero de Freddy Noriega y son de esas cosas que se van quedando en el cajón de asuntos pendientes, claro que cuando alguna amiga me visitaba en casa la escuchábamos y siempre servía como preludio a cosas bonitas, recuerdo haberla escuchado muchas veces en sábados por la tarde o muy noche y llegaba ese aroma de mar, el ruido de las olas, el chapoteo de algún pez, recuerdos de mi vida pasada cuando veía al mar continuamente.
En otra ocasión se presentó en Monterrey el cantante y me decidí a ir a pesar de la distancia y costo, claro que por ahorrar me fui en autobús y un día antes para que no pasara lo de España. Llegué molido, son muchas horas de carretera aunque viajé de noche y aproveché para dormir.
Desayuné un café con pan, después caminé un poco y ¡que calor que había! era temprano y escuché el consejo de ir a desayunar (por segunda vez) a un restaurante muy popular: las Monjitas Del Sultán, que su especialidad es machacado de huevo con tortillas de harina y agua de limón, que ricura, las meseras están vestidas de monjas y hay unas muy lindas, no pude obtener ni un teléfono para llamarlas después ni diciendo que era obispo.



EL DUEÑO DEL DIQUE
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