jueves, 1 de agosto de 2019

FAROLERO DE FREDDY NORIEGA II



 Haciendo promoción de un producto nuevo estaba de paso en Las Vegas, Nevada, y se presentaba Freddy Noriega en el hotel Los Palotes del Cruzado y quise aprovechar para verlo y escuchar en vivo el tema, pero el centro de convenciones del hotel no es muy grande, apenas 500 personas y no encontré lugar, aparte allí sirven la comida más sabrosa de todo Estados Unidos y a buen precio, quizás por eso no encontré lugar. Vi el regular espectáculo de otro artista, de los que tiene solo tres canciones y muchos refritos, la comida mala y cara, el hotel Paso a Pasito ha dejado de ser lo que fue hace mucho tiempo.

En alguna ocasión estaba en Sevilla, España y lo vi anunciado en Madrid y le dije a mis compañeros de viaje si les interesaba ir a verlo y estuvieron de acuerdo, uno que es muy listo propuso  comprar las entradas con anticipación, de la empresa de viajes nos ayudaron y solo teníamos que pasar a la entrada por los tickets.
Viajábamos en una camioneta por España y cuando nos enfilamos a Madrid para llegar a la hora de la comida y después llegar al espectáculo, una chica dijo que su abuelita estaba enterrada en el “Panteón de los Aguerridos” y le había entrado la nostalgia de pasar a verla, que solo sería una pequeña desviación, dejar unas flores y limpiar un poco. Aunque alguno la quiso convencer de que era una lapida lo que iba a ver y no a su abuelita, terminó convenciéndonos lo aguerrida que era, ahí comprobamos porque su abuela estaba enterrada en ese cementerio.
Flores conseguimos pero nos perdimos varias veces y las instrucciones para retomar el camino no nos sirvieron, en una ocasión terminamos frente a un arroyuelo otra en un camino cerrado y después mucho campo para pastar.
Pero porfiamos y porfiamos como buenos aguerridos hasta dar con el pueblo y el cementerio, allí tuvimos otro problema porque la nieta no se acordaba bien de la ubicación y quería volver al pueblo para  preguntar a un familiar de un amigo de su abuela por la ubicación, pero la verdad estábamos cansados y hartos de tanto capricho, un chico con un pedazo de ladrillo garrapateo en una tumba el nombre de la abuela: Ágata Manuela  y lo sabemos porque ella lo repetía todo el tiempo. El artista le espolvoreo polvo a su obra y nos llamó casi a gritos de que la había encontrado. La nieta dijo que sí, que era la tumba y le completó con marcador de labios  el apellido  y rápido hicimos los honores y nos fuimos del lugar.

EL DUEÑO DEL DIQUE
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