martes, 13 de octubre de 2015

LA LEYENDA DE HAPY DAYS, HAPPY BIRTHDAY Y EL SUPER ENEMIGO CACHORROS (XIII)


Nos volteamos a ver, nos perdimos todos, estábamos tan preocupados por defender y contener que no contábamos nuestros encestes, teníamos que llegar empatados a ese momento que era el plan de nosotros no de Happy Days íbamos ganado y  faltaban cinco minutos y a partir de allí el plan era arriesgar no contener. Nos reunimos y decía el centro: Ya tenemos la ventaja, vamos a  contener y luego atacamos, anotan y anotamos y no dejamos que nos alcancen. Cuando dejas que una voz se alce y todos la sigan es difícil de apagar, rápido dije ¡No!, me voltearon ver y dije ¡No! nuestro plan era arriesgar y vamos a arriesgar. Pero tenemos la ventaja, hay que aguantar. No,  vamos a arriesgar estamos listos, estamos preparados para arriesgar, ya sabíamos que llegando aquí nos tocaba arriesgar, vamos a  ganar por mas, ya no tienen a su líder. Si  nos vamos encima de ellos les vamos a anotar, los vamos a arrollar. Mejor no, aguantemos. No, vamos a arriesgar, ¿Cuando vamos a volver a estar en esta posición para eliminar a un grande? Ellos están esperando que nos vayamos para atrás, vamos a sorprenderlos vamos a anotar vamos por ellos, el todo por el todo.  ¡Sale!

Me vieron convencido de lo que les estaba diciendo: Si nos echamos para atrás vamos a perder, cada pase que demos bien es un pase que evitamos de ellos, cada tiro que hagamos seguro es  una canasta que ellos no anotan, vamos a avanzar.

Ese fue el último grito de Happy Birthday en el partido, Happy Days nos hacía con las manos que aguantáramos, yo les decía vamos, me querían sacar y el que iba a entrar en mi lugar dijo no, que jueguen ellos. Entro por un costado solo y no hay nadie que me marque preparo mi tiro y dije aquí la tengo que anotar, cuando veo que Loranca entra solo por el centro de la cancha y se la aviento a él, hay máximas que te sirven mucho en el deporte no tira el mejor sino el que está en la mejor posición y Loranca estaba a dos metros, voltea y los masacra, se apoya en el tablero y canasta. Allí se entendió el mensaje no me voy a lucir yo va a ganar este partido el equipo. Todos dábamos el pase seguro, rebotábamos, regresábamos con rapidez, todo pasaba en cámara lenta, las voces se escuchaban lejanas y sin sentido, como rumores,  hasta que el árbitro pito el final. Estalló la gente, todo Happy Days se metió a la cancha y amigos de Ángeles. Había una invasión de cancha de gente que no conocíamos pero que estaban contentos de ver caer un gigante en manos de un David con un pastel dibujado en la panza. Nos felicitaban, algunas chicas nos abrazaban, nos acariciaban la cabeza llena de sudor, nos daban una bolsa con agua como si hubiéramos cruzado el canal de la mancha.
El dueño del dique

DERECHOS RESERVADOS