sábado, 10 de octubre de 2015

LA LEYENDA DE HAPY DAYS, HAPPY BIRTHDAY Y EL SUPER ENEMIGO CACHORROS (XI)

Empezamos y de esas cosas que la fortuna gira le metimos tres canastas seguidas a Happy Days eso los descontroló creo que llegaron muy confiados en que nos iban a  masacrar, pensaban que sería una carnicería y nos iban a llenar de cuero la red, eso no les ayudó.

Respondieron después metiendo dos canastas, contratamos árbitros  para que fuera lo más parecido a las finales, de repente íbamos arriba, luego ellos, todo el partido fue así, casi todo el partido jugó su equipo de lujo, el que enfrentaba a Cachorros y no podían con nosotros, pelota que conseguíamos la transformábamos en canasta, ese fue el día apoteósico, el día en que le ganamos a Happy Days, no lo podíamos creer nadie ni la Martita que estaba allí seguramente fue a pesarme los zapatos, los tenis a ver cuánto pesaban con mugre y sin mugre y las novias de los chicos que iban confiadas que siempre se hacían trencitas, o preparaban pulseras, o se acicalaban el cabello unas a otras no los podían creer empezaban a  gritarles métele, muévete como anoche, (que eso les dice uno a las mujeres para molestarlas) hasta que terminó el partido, no les ganamos por mucho fueron tres, quizás cinco puntos. No canastas sino puntos.
Cuando terminamos festejamos como si hubiéramos ganado el mundial de básquet y el superbowl  todo junto, ya queríamos ir por la champaña y el pastel, las chicas del pastel y todo. Allí nos dimos cuenta que un equipo chico le puede ganar a uno grande cuando se tiene confianza.
Una de las chicas se nos acercó y nos dijo ¿Saben algo? ¿Qué? Le falta algo a su uniforme, ¿Qué cosa? Ustedes son feliz cumpleaños, les falta un pastel en el uniforme y sacó un marcador grueso  y le pintó a su amigo un pastel en la panza con velitas encendidas, y varias chicas nos pintaron a todo el equipo pasteles, allí reestrenamos el uniforme.

El dueño del dique
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