Cuando estaba trabajando en el resultado de esa
auditoría, que después llamaron “de barrido” porque se pasó la escoba por todas
las áreas, me llegó una invitación para ir a trabajar a Auditoría Interna de la
UNAM, en realidad nunca me había interesado trabajar para el gobierno, trabajar
para la Universidad era cómo trabajar para el gobierno, y eso te cierra siempre
las puertas de lo que yo llamaba el mundo real, el mundo real eran las empresas,
siempre quise ser Contador General, ahora mi vida me llevaba por la auditoría
interna, esperando regresar a auditoría externa, al despacho, que ya había
estado, un trabajo mal pagado, mal comido, mal vestido, mal todo. Se tenía que
estar en un nivel muy alto para poder tener acceso a los mejores salarios, ser
socio o Gerente General, tenías que generar mucho dinero para el socio
principal. Realmente el despacho te abre los ojos, te da conocimientos que no
tienes en otro lugar y te prepara para que cuando llegue el llamado de una
empresa, normalmente de las que se auditan, el despacho te ayude y le ayudes al
despacho a llevar las cuentas, como si fueras una extensión del despacho, ayuda
mucho, ayuda bastante al despacho.
Son mejores sueldos, las mejores condiciones, más si tomas
un empleo en una transnacional o en una de las empresas grandes del grupo, una
molinera o aceitera, entonces sí te convenía de otra manera no.
De muy buena forma me había negado, había ido a dos
entrevistas, me había negado de buena forma para dejar siempre una puerta
abierta, no ser grosero y yo en la última entrevista le comenté que prefería
hacer auditoría en empresas privadas, y no en la Universidad. Me dijeron que no
que íbamos a hacer contraloría no auditoría, es decir íbamos a hacer un nivel
superior de revisión e intervención.
Después supe que la realidad era que la Contraloría de
la Federación quería entrar a revisar las cuentas de la UNAM y esta había
respondido armando un grupo de contralores, (que serían 7, que nunca se
completó) que se situarían en las principales dependencias universitarias que
generaban gastos y le rendirían los informes periódicos. Es lo que se había
podido pactar. Se trataba de tener un grupo que fuera la Contraloría dentro de
la Universidad, interviniendo en las Dependencias generadoras como la Dirección
General de Obras, Dirección General de Proveeduría, Distribuidora de Libros de
la UNAM (Fomento Editorial), Dirección General Tiendas UNAM y otras, o sea las grandes
Dependencias generadores de gasto que tenía la Universidad y ahí me empezó a
interesar el sistema, lo dejamos pendiente de momento, pero comenté que lo iba
a pensar.
El Dueño Del Dique
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