Lo despedí fríamente y
enseguida lo acompañó un policía para sacarlo de la planta lechera hasta donde
él pudiera tomar un transporte público.
Grite: ¡¿Quien sigue?! Ya
cuando vieron salir al primero, cargando una cajita con sus pertenecías,
cabizbajo y con problemas y si cañón fuerte el asunto, los demás enmudecieron,
se entristecieron de fea manera.
Llegaron los demás, querían
hacer grupitos, cosa que yo impedí ¿Por qué? Porque se hacen fuertes así que
los dividí en varios salones y ya con algunos policías por allí entendían que
la cosa estaba complicada.
Siguió otro que decía que su
patrón lo había mandado y que tenía que dejar otros productos y como esa muchas
que ya me sé y le dije: No, vaya usted, rente un vehículo, pero este lo deja
aquí. Me lo está robando. No. El que se está robando la leche es usted. Yo no, mi patrón, sí, pero usted es cómplice
para las autoridades, de aquí no se va a retirar.
Me llamó otra persona:
Contador, si me hace favor, me tengo que retirar.
¿Usted es el dueño del vehículo?
Si.
Con usted quiero hablar. Para
esto había pedido que los vehículos
fueran acomodados de manera que pudiéramos hacer una revisión rápida
para encontrar leche allí, y se vio enseguida que la leche allí estaba. Empezé
a traer más abogados, más personal, porque había gente queriendo entrar,
reforzamos la vigilancia en la única entrada que había. Ya para medio día
empezaron a llegar abogados de esos que resuelven cualquier problema y la
verdad la cosa estaba muy complicada.
Todos querían irse por el lado
de que estábamos secuestrándoles los vehículos y al personal y yo les dije que
no que podían irse cuando quisieran pero que las autoridades los retenían a
solicitud mía por el robo de la leche.
Hubo uno que me dijo pero si
no han salido de tus instalaciones, ¿Cual robo?
Sí, pero aquí todo se vende
con contrato, ¿En dónde está tu contrato? Que contrato tienes, ¿Porque estas
entrando a una propiedad privada? No puedes entrar.
No, es que por error entró.
No, si tengo vigilantes, todos
entran por la entrada principal y vienen por la leche, allí tengo a los
vigilantes ya declarados.
¿Si? Es su palabra contra la de mi defendido.
El Dueño Del Dique
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