miércoles, 5 de agosto de 2015

LA LEYENDA DE HAPPY DAYS, HAPPY BIRTHDAY Y EL SUPER ENEMIGO CACHORROS (III)


La balanza normalmente era a  favor de Cachorros, de hecho el puntero, con muy buen nombre aparte.

En el segundo año fue el cambio a las nuevas instalaciones de la preparatoria dos a Río Churubusco entre Apatlaco y Tezontle, tuve oportunidad de conocer nuevos amigos, compañeros, porque me cambié de turno del vespertino al matutino y había una chica que me gustaba mucho de otro salón así que me hacía propicio con algunos compañeros de ella y me colaba a tomar clases a su salón aunque no me tocaba y quería ver si había oportunidad de entrar al Happy Days porque ese salón era su sede. Un día me habló un amigo, Loranca, que después se hizo administrador y me invitó a jugar “en el mejor equipo del salón” y de inmediato le dije que si pensando que era el Happy Days y cuando me presentó a todos los demás se trataba del Happy Birthday que era un equipo secundario que quería hacerle sombra al Happy Days pero era imposible porque la calidad estaba del otro lado, siempre hay que saber reconocer.

No tuve más remedio que registrarme con el Happy Birthday, entrenábamos a veces porque también tenía compromiso con el Ángeles. Y hasta el momento me permitieron estar en los dos equipos.

Jugar con Ángeles era como una película de terror y de suspenso porque había que ver primero si nos a completábamos para jugar y luego que fuéramos ganando por bastante porque al final siempre nos expulsaban a un jugador y había que hacer  la resistencia, ser muy estoicos para pasear el balón de un lado a otro y  dar pases hasta el otro lado de la cancha y los contrincantes que se las sabían de todas todas nos presionaban desde que tomábamos  el balón y apenas pasábamos la media cancha y ya nos estaban quitando la pelota y venía la descolgada y a tirarles de manotazos ahí para que no anotaran, era una mega película de terror y suspenso, yo ya me estaba acostumbrando así que guardaba un poco de oxígeno para  el final del partido.

En cuanto tomaba la pelota hacía fintas de que iba a pasar  el balón de un lado a otro lado y cuando  llegaba a zona de tiro  probaba, a veces encestaba y eso hacia decaer el ánimo de los contrincantes. A veces había que ir a pelear el balón arriba para que no se nos vinieran encima,  aparte a Lechuga le daba por irse a atacar y nos dejaba con otro menos y como yo estaba arriba atacando dejábamos muchos huecos, eran dos contra tres o contra cuatro era una masacre anunciada.
El dueño del dique.
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