Todavía estando en la
secundaria acompañaba a mi hermana mayor, Elda, la que después fue periodista
(muy importante de la fuente de cultura, primero en diversos periódicos del
D.F., Universal Gráfico, Avance, y no recuerdo cuales más, después en la Gaceta
de la UNAM, después en El Universal, Radio y CONACULTA, hasta que se le cambió
el nombre por el de Secretaría de Cultura), a algunas clases porque me aburría
en la casa, terminaba muy rápido las tareas de la secundaria y le pedía a Elda
acompañarla hasta que la convencí de que me lleva algunas clases, porque uno
siempre va siguiendo a los hermanos mayores, en este caso yo también quería ser
periodista, así que me recuerdo yendo en el camión que iba a Ciudad Universitaria,
tomaba el camión en las calles de Izazaga y Bolívar y se iba todo derecho,
recuerdo que pasaba por la glorieta de la SCOP (Secretaría de Comunicaciones y
Obras Públicas) y después llegábamos a
C.U., nos dejaba en el hoyo, así le llamaba a la terminal de los camiones que
estaba en Ciudad Universitaria, a un costado de la Rectoría, ahora ya no hay
terminal ahí ya es un estacionamiento pero en aquel tiempo ahí llegaban varias
líneas de camiones que eran importantes para que llegáramos los estudiantes, había
que caminar un poco, pasábamos por la Facultad de Filosofía y letras, después la de Derecho, Economía y
llegábamos a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales donde se tenía la
carrera de periodismo, bueno, así era antes de que le cambiará su ubicación un
Rector (Carpizo) que era abogado y quería que su Facultad de Derecho creciera y
tomó las instalaciones y mandó a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales por
allá por el metro CU, enfrente de la Tienda Unam.
Allí en esa facultad estábamos
los que queríamos ser periodistas, había varios maestros destacados, me acuerdo
ahorita, por su presencia; del profesor Hugo Gutiérrez Vega, uno de los mejores
catedráticos que había y sabía estar al nivel de los estudiantes, sus clases
eran muy agradables, divertidas, daban mucho conocimiento, comentaba de libros
que teníamos que leer, entonces él que era inteligente leía entre líneas y se
iba a la biblioteca a sacar el libro para leerlo, para saber de dónde vengo,
donde estoy ubicado como periodista y te llevaba a ese grado de razonamiento,
pero así, despacio, como caminando, hacía la introducción al tema y poco a
poco, haciendo que los estudiantes participaran, nos iba jalando hasta llegar
al objetivo. Después de eso nos íbamos a comer, un jugo de naranja, una
quesadilla, una gordita y nos íbamos a sentar a la Barda, la famosa Barda de la
Facultad, ¿cuántas personas cuántos cerebros cuánta gente importante se sentó
en esa barda? Increíble pensarlo, era hecha de piedra de lava del volcán Xitle
que explotó, y bueno son cosas que se van teniendo como tradiciones, a los
periodistas universitarios ahora de la vieja guardia cuando se les pregunta por
esa barda se sonríen o se les llenan los ojos de lágrimas.
El Dueño Del Dique
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