Cuando los de Cachorros
vieron que estaban ganando los chiquitos se pusieron de acuerdo para llegar a
masacrar, y ganaron por diez o doce canastas, porque el miedo también te hace
ganar los partidos.
Así que pasaron los situados
en los puestos seis, siete, uno y tres, evitamos en automático a Cachorros, en
todo caso los veríamos en la final.
En el salón era un luto del
lado de Happy Days y una algarabía del lado de Happy Birthday, estábamos contentos, de mi salón me fueron a
ver y me felicitaron todos, nunca supe cuantas canastas metí, me felicitaron
por las anotaciones, te llevaste la tarde, me dijeron, no las había contado yo
no consideraba eso sino la defensa que habíamos hecho.
Nos tocó enfrentar a un
equipo frío, tres familiares jugaban juntos, aunque uno estaba en baja y era
banca, pero siempre es bueno tener dos que se conozcan de siempre, se ven y ya
sabe el otro lo que van a hacer, aun sin verse, ya está mandando la pelota y el
otro corriendo al lugar.
El humo no se nos bajaba, en
la fecha del partido, me tocaba hacer un examen extraordinario de etimologías
grecolatinas, cuando me enteré de que era a la misma hora el examen y el
partido, fui a comentarlo con el equipo: Empiecen ustedes y yo hago el examen
lo más rápido posible y llego a reforzarlos. Dile al maestro que te ayude. No
lo va a hacer, se sienten paridos por Cristian Dior, estos académicos son una
peste, peor que las bíblicas. Está bien, te esperamos, vamos a pedir una
prórroga para retrasar el partido.
Por no dejar fui a la sala
de firmas y platiqué con el maestro: tengo que hacer un examen extraordinario
con usted y a la misma hora tengo un partido de final de básquetbol y antes de
que terminara de hablar me dijo: Yo no exento a nadie. No maestro estudie
bastante, lo que le vengo a pedir
es si me puede hacer ahora el examen.
Para poder ir al partido.
El dueño del dique
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